El Secreto para vencer: Cultura ciudadana

Columnas de Opinión
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Hay que promover la participación ciudadana para la solución pacífica de conflictos y un mejoramiento de las condiciones del entorno, y apoyar la solidaridad con el País, de ahí aparece el concepto de cultura ciudadana que pretende aumentar la conciencia individual y colectiva, no basta ser habitantes sino verdaderos ciudadanos.

Actualmente a nivel nacional y local tenemos un exceso de paternalismo, nuestra autoestima ha bajado considerablemente, nos mostramos contrarios a colaborar; muchas veces no sólo son los problemas materiales, son también prioritarios los problemas sociales, económicos, ambientales, productivos, culturales, etc.; es por ello que en estos tiempos de calamidad social estamos inmersos a tener ese amor propio de una conciencia verdadera que se encuentre implícita a ser mejores ciudadanos; solamente es tener la prevención, cumplir con los protocolos establecidos, el aislamiento preventivo, el distanciamiento social y más allá a una inteligencia emocional acorde con los tiempos actuales.

Por tanto los gobiernos locales deberían generar una nueva alternativa a partir de su gestión, por consiguiente volvemos a lo mismo, el desarrollo local no es solamente la construcción de grandes obras o mejorar los espacios; el verdadero bienestar lleva a un desarrollo económico y productivo, ahí sí con la colaboración y participación de la ciudadanía en la toma de decisiones, con una política de presupuesto participativo, que consiste en una intervención directa con la ciudadanía para establecer las necesidades y distribuir los ingresos de acuerdo a los requerimientos de la población.

Una verdadera cultura ciudadana decimos que está relacionada con el pensamiento que nos debe llevar a la reflexión acerca de qué somos, qué queremos y qué necesitamos como sociedad, en virtud de ser mejores individuos para el bien colectivo y del nuestro. La cultura ciudadana, es el eje transversal de la seguridad y la convivencia ciudadana, por cuanto es un medio para recuperar y reconstruir la urbanidad, como expresión de buenos modales, el civismo como tal; que significa el culto por la patria y la institucionalidad, además de la ética pública, donde impere el acatamiento a las normas legales, morales y de convivencia dándole un protagonismo y empoderamiento al ciudadano.

A partir de esta perspectiva, para implementar la cultura ciudadana como una política pública, se hace indispensable pensar en una pedagogía donde se comprometan de manera corresponsable, los actores más importantes de la sociedad. A pesar de que no existe en Colombia, una política pública de cultura ciudadana, se han desarrollado desarticuladamente, numerosas acciones y campañas para promoverla, de las cuales ciudades como Bogotá a mediados de los noventa fue pionera por el entonces Alcalde Mayor de la época el profesor Antanas Mockus que bien lo dice: “Uno no nace ciudadano, uno se convierte en ciudadano al ser tratado como tal y verse invitado a tratar como tales a los demás”. Estos esfuerzos desarticulados, si bien generan motivaciones en la comunidad en general, no tienen la capacidad de impactar profundamente la conciencia colectiva para crear un cambio cultural; sin embargo, son acciones positivas de las que se debe tomar lo mejor, para crear un banco de datos que aporte información esencial en la construcción de la política pública a nivel nacional.

Es hora de actuar como sociedad donde debemos tener la claridad por el respeto a las normas existentes, la optimización de la convivencia entre los ciudadanos, el empoderamiento de las personas sobre su entorno y el de preservar las vidas; esas son las verdaderas razones para creer en la cultura ciudadana.