Pandemia y Salud Mental

Columnas de Opinión
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En medio de este proceso que vivimos en todo el territorio Colombiano a causa del Coronavirus (Covid-19), prioridad también debe ser la salud mental, debiendo coordinarse las dependencias y sectores del ramo. Afectan las pandemias cotidianeidad, crean incertidumbre, consecuencias producen el aislamiento y el distanciamiento social; las situaciones de emergencia y los desastres causan sufrimientos psicológicos y sociales; se quebranta la seguridad de las personas, paz, derechos humanos, desarrollo social y crecimiento económico, generando, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que entre el tres por ciento (3%) y el cuatro por ciento (4%) de los pobladores sufran trastornos mentales severos, entre el quince por ciento (15%) y el veinte por ciento (20%) trastornos leves a moderados, y el resto, estrés psicosocial no patológico, a todas luces preocupante.

Requiere esta alerta lineamientos y recomendaciones, abordar el tema en contexto de crisis e implementar medidas que permitan disminuir el impacto de la pandemia en la salud mental de los Colombianos y en particular de los Magdalenenses. Debe ser este un trabajo conjunto que integre protección de la salud mental en todas las acciones en curso, establecer protocolos y estrategias específicas, mesas técnicas, redes de colaboración, brindar apoyo directo a funcionarios y definir estrategias de cuidado institucional.

Se trata de favorecer la salud mental, una de las claves para sobrevivir a esta pandemia y todo lo que implica del corto al largo plazo. Desde la crisis potencial en la provisión de servicios de salud, hasta ayudar a preservar y reconstruir una sociedad post-pandémica, más cuando duda es cuánto durarán las medidas de cuarentena o cuánto impactará la crisis en lo económico. Una salud mental deteriorada influye negativamente en la calidad de vida de las personas, en la capacidad de funcionamiento de todos; y, en el desarrollo de la sociedad.

Los grupos de riesgo requieren de estrategias de abordaje distintas, garantizar la atención de pacientes crónicos, la prevención de contagio, la continuidad de sus controles y medicamentos, adherencia a los tratamientos, continuidad de las terapias e intervención psicoeducativa. En el tema laboral, riesgo, remuneraciones, trabajo a distancia, vigilancia y atención de personas institucionalizadas, así mismo, disponer de mecanismos de emisión, tramitación y pago de licencias médicas; y, atender el cuidado de quienes cuidan, propensos a enfermarse más en su salud mental que contagiarse, toda vez que les toca vivir dramas de suyo graves.

Importante igualmente el papel de los medios de difusión dada la sensibilidad de la información que manejan y que regular deben para evitar la saturación y el estrés, importando que generen contenidos educativos a través de sus canales de comunicación dada la saturación de información relacionada a la pandemia y diversificar sus contenidos con elementos de entretención, educación y cómo protegemos la salud mental. Es reunir, insisto en este propósito, a los distintos sectores y actores de la salud, las ciencias, las universidades, la academia y sociedad en general.