Un mundo diferente

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



No hay duda. La noticia de la semana fue Greta Thunberg, la adolescente activista del tema ambiental desde hace un año.
En la apertura de la cumbre del clima en las Naciones Unidas, y con evidente rictus de enfado, la joven enfrentó a los líderes mundiales y sus acciones frente a los cambios climáticos y el calentamiento global. Sin rodeos, conmocionó a todo el planeta con su airado discurso; a los líderes los acusó de omisión y traición frente al cambio climático. Greta, debido a su Síndrome de Asperger, muestra un marcado interés por el tema ambiental, al que dedica todos sus esfuerzos; dice que le hace pensar y ver las cosas de manera diferente. “No me creo las mentiras fácilmente”.

Admirada por muchos y cuestionada por unos pocos, Greta manifiesta una real preocupación acerca del inminente final de este planeta si no se toman correctivos inmediatos y contundentes. “Esla crisis más importante que jamás ha enfrentado la humanidad”. Razón no le falta: la temperatura aumenta permanentemente; 200 especies desaparecen cada día; la minería a gran escala, la deforestación, la ganadería extensiva y ciertos monocultivos han puesto en riesgo la polinización, causan la destrucción de la capa de ozono y el efecto invernadero, solo por mencionar algunos puntos. En nuestro país, el actual gobierno, igual que los anteriores, se empeña en implementar el dañino fracking, la megaminería, continuar dependiendo de los combustibles fósiles, el regreso al peligroso glifosato para combatir los cultivos de coca, o la reducción de la frontera agrícola mientras poco se hace para controlar la deforestación, la salida furtiva de material biológico valioso o la explotación de especies nativas únicas por parte de empresas o gobiernos extranjeros o, peor aún, esconder estos asuntos en lugar de enfrentarlos y resolverlos.

La falta de una educación moderna orientada a preservar y aprovechar positivamente nuestros ecosistemas y la poca sensibilidad de nuestras autoridades en estas cuestiones, pensando más en negocios para unos pocos que en el bienestar general o el futuro de la población, nos pone en graves apuros. Varios líderes mundiales y nacionales nos vienen advirtiendo de un futuro sombrío y un pronto final si no tomamos inmediatamente los debidos correctivos. Es la educación la piedra angular para salvar al planeta. Desde el primer día de escolaridad hay que aprender a vivir en comunidad, a respetarse a sí mismo y a los demás, atender las reglas sociales y honrar el entorno.

Cuidamos nuestro hábitat cuando segregamos basura, la arrojamos en basureros, compramos alimentos en empaques biodegradables, usamos los vehículos automotores lo estrictamente necesario, arborizamos, no usamos leña, preparamos más comidas frías que calientes. También, si reducimos la dependencia de combustibles fósiles enfocándonos en las energías alternativas, mucho menos contaminantes; si usamos medios de locomoción amables con el ambiente. En fin, hay un sinnúmero de actividades respetuosas del medio ambiente que es necesario implementar desde la primera educación, tanto en casa como en las escuelas. Las políticas educativas deben enfocarse a ello. El respeto por las reglas establecidas contribuye también a la protección del ambiente. Por ejemplo, si se infringen las normas de tránsito, se causan congestiones vehiculares que aumentan los tiempos de movilización, llevando a mayor uso de combustibles y mayor contaminación ambiental; si no atendemos las recomendaciones alimentarias sanas, se causan enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes, dislipidemias o hipertensión que obligan al mayor uso de terapias con maquinaria que consume energía. Son muchas las consecuencias ambientales de no atender las normas establecidas. Los ejemplos abundan.

La alimentación actual es lesiva para el planeta. El consumo de carne se ha incrementado sustancialmente en el último siglo, provocando un excesivo uso de tierras para la ganadería extensiva. Así mismo, monocultivos de azúcar o palmas para aceites, de alta demanda en la industria alimentaria, que además conllevan altas cantidades de agrotóxicos, son bastante perjudiciales para la salud humana y otras especies vivas. Los movimientos ecologistas promueven una alimentación con mayor consumo de vegetales, cambios profundos en las prácticas agrícolas, manejo respetuoso y eficiente del agua, reciclaje de fertilizantes para proteger cuerpos de agua, mucho menos plástico y minimización del desperdicio de alimentos. La educación alimentaria empieza en casa. La escuela es un complemento y un refuerzo para salvar lo poco de planeta que han dejado los depredadores infestados de codicia.


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