Llegó el 2017 con más impuestos y restricción al porte de armas

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Escrito por:

Andrés Lafaurie Bornacelli

Andrés Lafaurie Bornacelli

Columna: Opinión

e-mail: andreslafaurieb@gmail.com


Todos los colombianos hemos recibido el 2017 con muchas esperanzas en que este será un año lleno de alegrías, victorias y, sea el color político que sea, un año lleno de paz, al menos aparente.


La reciente Reforma Tributaria nos ha dejado una lección muy clara: no debemos confiar en los políticos y mucho menos en sus promesas vacías. Juan Manuel Santos dijo poder tallar en mármol su promesa de no subir impuestos y, no muy sorpresivamente, no solo los subió, sino que gravó productos de la canasta familiar que antes no estaban gravados con IVA. Asimismo, se gravó a los útiles escolares y a los libros con mayores impuestos, pero como todo buen político Juan Manuel ha querido vender que al bajar los impuestos a las bicicletas le está haciendo un bien al país.

Por otro lado, el mísero salario mínimo sigue haciendo que nosotros los colombianos luchemos día tras día para hacer rendir unos ingresos que nos inhiben de brindar un mejor futuro a nuestros hijos. El salario mínimo no cubre ni medianamente las necesidades básicas de los colombianos, especialmente cuando la educación pública no es gratis y además es de cuestionable calidad (en muchos lugares del país), cuando la salud es pésima y costosa, lo que obliga a los colombianos a invertir gran parte de sus ingresos en tratar de educarse y de no morir por culpa de la negligencia del Estado.

Ahora bien, una de las maravillas de nuestro querido Presidente ha sido la restricción al porte de armas en todo el territorio nacional por todo el 2017, claro que es una medida que está sujeta a cambios o modificaciones por el ejecutivo, pero que, como opinión muy personal, me parece una medida absurda y aquí les explicaré el por qué. ¿Cuántos de ustedes creen que un delincuente sale a robar, matar, secuestrar o extorsionar con su respectivo salvoconducto? Ninguno lo hace, y no lo hace porque a ellos no les interesa que sea permitido o no portar arma, son delincuentes. Lo que esta medida propende es desarmar al colombiano de bien, al colombiano que cumple con los requisitos para acceder al legítimo porte de armas, al que paga impuestos por ella, al que por razones de seguridad debe portarla, al que se preocupa por la integridad de su familia.

Esperamos todos los colombianos que este nuevo año sea un año de victorias para todos, entre otras cosas, cada año que pasa es un año menos del gobierno de Santos.

¡Feliz martes!