Resulta ahora que para el agudo analista León Valencia, la periodista Claudia Gurisatti, desde la dirección del canal de noticias de RCN, tiene como función torpedear el proceso de diálogos en La Habana y colocar ese medio a favor de una causa política. A la bellísima periodista le han dado un matoneo impresionante sobre todo porque la acusan de ser portavoz del uribismo.
Olvidan hoy esos críticos, que muchos medios fueron también artífices del fracaso del proceso de paz en el Caguán. O más recientemente que durante los ocho años de Uribe, muchos influyentes periodistas y sus espacios de comunicación eran portavoces del gobierno uribista y todo lo aplaudían y nada señalaban ni cuestionaban.
Acá digámoslo sin doblez. Periodistas que dirigen noticiarios bien sea televisivos o radiales tienen su propia agenda, tiene su corazón o afecto, tienen su ideología. Desde las grandes capitales como Bogotá o Medellín, pasando por Santa Marta y otras ciudades. O les parece que los ataques de Darío Arizmendi en Caracol Radio y de María Isabel Rueda en W radio contra el alcalde Gustavo Petro, es por su imparcialidad periodística.
Arizmendi fue fundamental para que Samper en el proceso 8.000 no cayera. Lo apoyaba en todo momento. Y apoyó los primeros cuatro años el gobierno de Uribe. Yamid Amat jamás se atrevió a desafiar su jefe Alfonso López Michelsen, es más renunció a la dirección de Caracol Radio porque no se prestó a ataques a la familia del exmandatario. O lleguemos a mi ciudad, ¿Por qué medios influyentes siempre muestran lunares del alcalde Caicedo e ignoran las cosas positivas que ha realizado?
Así, que ningún periodista es independiente. De pronto algunos columnistas de diarios que se han dado la pela en todo. Empero lo que si es cierto es que la mayoría tienen objetivos y ambiciones, no en vano muchos han terminado de embajadores en distintos gobiernos.
Mi ñapa 1. El llamado superministro de la presidencia, Néstor H Martínez se fue. Para muchos de sus amigos periodistas (vea ninguno lo cuestionó) se va un gran líder. Tiene un bufete muy reconocido y ha sido abogado de intereses privados y del hombre más rico de Colombia. El superministro no tuvo empacho en pasar de lo privado a lo público, y viceversa sin ningún recato y con bastantes secretos del gobierno. Salió con honores del Congreso, el mismo que hace muchos años le iba a imponer una moción de censura y si no es porque renunció ese mismo día, hubiera sido el primer funcionario en ser aplicada dicha moción.
