La malla vial de Santa Marta se encuentra en un estado deplorable y se ha convertido en un verdadero obstáculo para el desarrollo de la ciudad.
Santa Marta es conocida por su historia, sus playas y su potencial turístico significativo. Sin embargo, la ciudad más antigua de América enfrenta un problema persistente y preocupante que pone en peligro la seguridad vial y la calidad de vida de sus ciudadanos.
Durante varios años, los conductores y peatones han denunciado la falta de inversión y mantenimiento en las principales avenidas y calles altamente concurridas de la ciudad. La situación se ha vuelto aún más alarmante debido a la presencia de numerosos cráteres en medio de las calles, los cuales representan un peligro constante. Estos huecos, en muchos casos señalizados de manera precaria con escombros o llantas, se han convertido en trampas para los vehículos y un obstáculo para los transeúntes.
El deterioro de la malla vial no solo es un inconveniente para los ciudadanos, sino que también ha resultado en una serie de accidentes y daños a los vehículos. La falta de atención y reparación adecuada de estos huecos ha llevado a un aumento en los costos de mantenimiento de los automóviles y ha generado un ambiente inseguro en las calles de Santa Marta. La ciudadanía se siente desprotegida y desatendida en un asunto que debería ser una prioridad para las autoridades locales.
La administración distrital, a pesar de los repetidos llamados de la comunidad, parece no haber canalizado los recursos necesarios para abordar esta problemática de manera efectiva. En lugar de enfocarse en solucionar estos problemas fundamentales, la administración ha centrado su atención en inauguraciones de vallas publicitarias y parques, sin atender las necesidades reales y urgentes de los samarios.
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Uno de los ejemplos más evidentes de esta situación es la Avenida del Libertador, una importante vía que se encuentra en un estado de deterioro alarmante. El mal estado de esta avenida ha sido responsable de múltiples accidentes, poniendo en peligro la vida de los ciudadanos y generando daños materiales significativos. A pesar de la evidencia clara de la necesidad de intervención, ninguna entidad ha asumido la responsabilidad de abordar este problema de manera efectiva.
Los samarios exigen a las autoridades locales que tomen medidas urgentes para solucionar la crisis de la malla vial. Es imprescindible que se destinen recursos adecuados para el mantenimiento y reparación de las calles, especialmente en las zonas más críticas. La ciudad merece contar con una infraestructura vial de calidad que garantice la movilidad segura y el desarrollo de su potencial económico.
Santa Marta, una ciudad que ha resistido el paso del tiempo y que se enorgullece de ser la más antigua de América, merece mucho más que calles en mal estado y ciudadanos desatendidos. A medida que se acerca al quinto centenario de su fundación, se espera que las autoridades actúen con determinación para superar esta situación y construir una ciudad más próspera y segura. La comunidad de Santa Marta y sus visitantes confían en que la ciudad pueda recuperar su esplendor y continuar siendo un destino turístico de renombre.
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