Impunidad y negligencia factores perversos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



La impunidad es el resultado de la no aplicación de justicia y por lo tanto ausencia de castigo, unida a la negligencia generan descontento, resentimiento y falta de credibilidad en el aparato judicial estatal en una sociedad, es prácticamente la tolerancia suma, eludiéndose responsabilidades, es hacer que algo cambie o deje de marchar con el orden o la normalidad establecida. La impunidad también se entiende como una norma de violar los derechos humanos por parte de un gobernante que no acate el Estado de Derecho.

La impunidad en si es la negación de la justicia y del carácter justificable de los Derechos Humanos y el desconocimiento de la verdad de las víctimas. Al Estado se le ha encomendado constitucionalmente a través de su aparato judicial la Administración de Justicia, el hacerse el de la oreja mocha o mirar de soslayo y no enfrentar y solucionar los problemas está creando impunidad. La impunidad deja huellas profundas, marca en las personas afectadas, resentimientos que vuelven a aparecer cuando se repite en otras y solo queda la impresión que hay que aceptar la realidad que ha impuesto el victimario.

Se aumentan la impunidad cuando la víctima no denuncia o es presionada para no hacerlo o denunciando la justicia no actúa; la falta de una adecuada investigación y la pérdida apropósito de material probatorio para demostrar los hechos ante los Estrados Judiciales, también la aplicación de la Ley si se le da varias interpretaciones favoreciendo al procesado.

Colombia para que verdaderamente crea en la justicia y especialmente en el aparato judicial, éste tendrá que mostrar investigaciones a fondo y entregar resultados que satisfagan, que respeten los derechos de las víctimas; será la única manera para recobrar confianza; investigando especialmente masacres, violaciones a los derechos humanos, delitos de lesa humanidad que no se queden en el olvido; por fortuna estos delitos no prescriben.

La justicia no es solo un problema de orden jurídico, compete a un orden político y ético, por tanto no es solamente un problema de abogados y de leyes. Las injusticias y las heridas no sanan con la creación de nuevas leyes y discursos sí en realidad no se aplican.

De ser cotidiana la impunidad seguirá desarrollándose una cultura de la impunidad donde existirá y se manifestará el miedo, donde se reprimirá la crítica. No puede surgir una nueva sociedad si esta aún piensa en hechos pasados sin solución y aún con heridas abiertas. Según el informe reciente de Estados Unidos, el Sistema Judicial colombiano favorece la impunidad.

El nuevo accionar y cambios al respecto se encuentra dentro de los nuevos administradores de justicia que deben tomar otra óptica y que dimensionen mejores horizontes para Colombia, que sean eficientes, ágiles, diligentes con lo que lleven a cabo, una gestión indiscutible sin tacha dejando constancia de verdaderos trámites.