Soberanías

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Tulio Ramos Mancilla

Tulio Ramos Mancilla

Columna: Toma de Posiciones

e-mail: tramosmancilla@hotmail.com

Twitter: @TulioRamosM



La economía, esa disciplina tan precisa que al final no lo es tanto, ha vuelto a ser tema de discusión últimamente, en relación con el agravamiento del viejo fenómeno denominado "revaluación" (del peso), que es algo así como lo contrario de la conocida y repudiada devaluación.

(Recordemos que la devaluación se produce cuando la moneda local pierde fuerza respecto de una moneda extranjera -el dólar gringo: la divisa por antonomasia, pues, para muchos, el mundo empieza y se acaba en Miami-). Así, la revaluación significa que el peso se ha hecho fuerte -se ha apreciado- frente al dólar, lo cual, cosa curiosa, también es malo. Digo que es curioso porque uno siempre oye lo contrario: la devaluación es mala porque la plata no alcanza para nada, etc., y ahora, que pasa lo contrario, que el peso se revalúa, resulta que tampoco es bueno. ¿Y entonces? Según los que saben de esto, la explicación es más o menos la siguiente: en Colombia existe, actualmente, una sobreoferta de dólares, o sea, hay demasiados billetes verdes circulando por ahí en las calles, haciéndolo, los más, de manera informal (es decir, entraron al país ilegalmente). Eso genera, según la ley de la oferta y la demanda (a mayor oferta, menor precio, y, a mayor demanda, mayor precio, y viceversa), que el precio de esa moneda se abarate frente al otrora humilde peso. Por eso el precio del dólar está bajo. Esta es la revaluación.

¿Dónde está el problema? De acuerdo con la idiosincrasia de nuestra economía (gringodependiente), está en las exportaciones, pues, cuando al exportador colombiano le pagan por su producto en Estados Unidos ("principal socio comercial de Colombia"), recibe dólares, los cuales, al traerlos al país (donde la moneda local ahora vale más que antes, frente al verde), se convierten en menos pesos de los que anteriormente recibía por la misma cantidad de dinero yanqui. ¿Y cuál es el problema con que los exportadores reciban menos plata, si ya tienen suficiente? Muy simple: al ganar menos, reducirán la producción, y así, despedirán personal. Revaluación: desempleo. (Aquí está la paradoja, pues mientras se dice que la devaluación genera desempleo -entre otras cosas, por ahuyentar la inversión foránea: los de afuera no quieren invertir en un país cuya moneda pierde valor-, resulta que la revaluación, también). Ahora bien, en cuanto a las causas exactas de este problema, parece que ninguna teoría es definitiva. Sin embargo, se han identificado algunas posibles razones. La primera de ellas es la más contradictoria, pues es concerniente al relativo mejoramiento de las circunstancias generales del país, lo que ha hecho posible una mayor inversión extranjera, que, a su vez, ha traído dólares consigo. En un discutible segundo lugar están los dólares del narcotráfico, que entran al mercado, por supuesto, ilegalmente, y en grandes cantidades, como sabemos. Y, como una tercera razón se ha dicho que las remesas, esos dineros que los colombianos en el extranjero envían a sus familiares en el país, constituirían una de las más importantes causas, pues la gran cantidad de compatriotas viviendo en el país del Norte garantizan la existencia de bastantes dólares en Colombia. Habría otras eventuales razones de la revaluación, pero parece que estas son las más probables.

El Banco de la República ha tomado ya 7 medidas para contrarrestar los efectos revaluativos, dentro de las que se destaca la compra diaria de 20 millones de dólares hasta marzo de 2011, con lo que se busca evitar la sobreoferta y consecuente caída del precio del dólar. La medida ha sido criticada por muchos entendidos, quienes la consideran un "pañito de agua tibia" que no solucionará el problema de fondo. Puede ser, entonces, que en abril de 2011 tengamos una crisis económica aún peor que la se trata de atajar. Quién sabe. Lo cierto es que ya han salido algunos a plantear, palabras más, palabras menos, que en vista de que la dolarización informal de la economía colombiana está causando tanto daño, podría ser bueno abrir la puerta a una suerte de dolarización formal paulatina que permita realizar diversas operaciones en dólares en el país. (Como quien dice, empezar a realizar el viejo sueño de ciertas facciones sociales, representadas, entre otros muchos, por el senador conservador, Gabriel Zapata, que acaba de radicar -otra vez- en el Congreso el proyecto de ley No. 104 de 2010, a ver si por fin le dolarizan la economía. Qué bonito: la Reserva Federal de EE.UU., que no el Banco de la República, ahora sí mandando abiertamente en el protectorado Colombia -como en las "potencias" Ecuador y Panamá-). A mí, esto me huele a oportunismo, y a mandado de los exportadores, porque lo que no dicen estos opinadores es que con la revaluación se benefician las importaciones, y con ellas, la inversión extranjera, que también genera empleo. En fin, ojalá defendamos la soberanía monetaria de Colombia de esos anhelos dolarizantes con la misma bravuconería con que defendemos la soberanía nacional sobre San Andrés y las demás islas, o, ¿acaso no es igual?