Los diálogos que nos han puesto a hablar

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



A los colombianos nos ha puesto a pensar y tomar posición los diálogos Gobierno - Farc en La Habana Cuba. Todos tenemos derecho a expresarnos, es un derecho fundamental y más si nos ponen a hablar sobre este importante tema; es saludable, conveniente que hablemos a menudo pisando este polémico y espinoso asunto, para luego de unas serias, ajustadas y diáfanas conversaciones se llegue a acuerdos bien cimentados pisando firme.

Si ya se digieren las ancas de rana, estaremos para aceptar medio o el sapo completo? Sera que lo podemos digerir? Muchos dicen me quedo con las ancas, otros con medio sapo quedaría hastiado, otros dirán ¿Él sapo completo?, pero me lo tendrán que condimentar muy bien con salsas y especias chinas, pero que todo sea para que se acabe esta guerra sin sentido a la cual no se le ve fin. Otros manifiestan los pasos difíciles hay que darlos rápido, pero con cuidado con tal de salir de ese riesgo que ofrecen.

Ante estas negociaciones en La Habana, no podemos cerrar los ojos y decir no está pasando nada, mientras más abiertos los tengamos mejor; frente a esta realidad tapar el sol con un dedo no es del caso.

Precisaremos algunos conceptos a los cuales ya se están familiarizando quienes hablan y opinan como un marco jurídico que debe tenerse en cuenta y que permitan la restitución de la convivencia pacífica en el país, la satisfacción de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías que actos sucedidos no se repetirán.

La justicia transicional que no es más que una serie de medidas judiciales y políticas, las cuales se utilizan para la reparación de violaciones masivas de derechos humanos, como las acciones penales, las comisiones de la verdad, programas de reparación y reformas de instituciones, y tendrá sus efectos en el proceso del conflicto violento en aras de obtener una convivencia pacífica; este tipo de justicia proviene de tratados sobre derechos humanos firmados por diversos países en conflicto, es importante porque cuando han ocurrido violaciones de derechos humanos de forma masiva las víctimas tienen el derecho a que se castiguen a los autores de los mismos.

Los países que no consideran ese tipo de violaciones sus pobladores se dividen llegando a la desconfianza y retardando el desarrollo de los pueblos. Estas posiciones, valederas desde todo punto de vista, ya que provienen de colombianos afectados por el conflicto en gran, mediano y poco grado, pero con huellas que ha dejado profundo dolor esta confrontación. Pero, surgen muchos peros que se pueden abordar, dialogar y porque no superar.

Con madurez y calma como dice un proverbio, si queremos y tenemos buenas intenciones, tendremos tiempo; para todo hay tiempo mientras vivamos, tiempo para vivir en guerra, tiempo para salir de la misma y más tiempo para vivir en paz y disfrutar de todas las bellezas de la vida. Pero muchos no creen que deba haber tiempo para pensar y cesar la guerra.

Lo que sí es notorio en el país, es que después de terminada la primera fase de los diálogos, se ha incrementado el optimismo, un optimismo que al inicio casi desmayaba.

Gran posición la que debemos tomar y gran decisión la que debemos asumir ante este proceso; las partes no debemos mirar intereses; más que eso conveniencias para generaciones futuras sin guerras y en cuanto nos compete a nosotros acondicionarnos a la etapa del pos conflicto.