El calvario de un amigo secuestrado

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



El encuentro afortunado e inesperado con un compañero de universidad, un amigo que padeció la privación de la libertad, sucedió con el Doctor Sigifredo López Tobón, ex diputado del Departamento del Valle a una cuadra del Parque Bolívar, Centro Histórico del Distrito de Santa Marta.

Aunque fue breve la charla, pero emotiva y entusiasta ya que partía al Aeropuerto Simón Bolívar, aproveché y rápidamente evocamos la vida de estudiantes en la Universidad Santiago de Cali, facultad de derecho y ciencias políticas, de donde orgullosamente egresamos; afloró el recuerdo cuando representábamos deportivamente a la universidad, él en lanzamiento de bala y martillo y el suscrito en los 800 y 1500 metros planos.

Dialogar sobre su secuestro no pasó por alto, fue un calvario lo que padeció; pero su templanza, fe y su condición física de un roble, resistió y soportó muchos embates en su situación de secuestrado. Es que pasar de una sesión donde se encontraba en la duma departamental del Valle, donde preparaba su intervención con argumentospara el mejoramiento educativo de ese ente territorial y encontrarse a los 15 o 20 minutos con sus otros compañeros diputados en los farallones de Cali, la selva, es algo que él aun no encuentra explicación. También fueron secuestrados con él por las Farc 11 diputados más, los cuales no recobraron la libertad, siendo asesinados por sus captores; todos los colombianos estuvimos pendientes que volvieran a la libertad y nos dolió mucho de la manera infame como perdieron la vida.

Vi a Sigifredo creo yo y así lo deseo, recuperado, aunque no sé qué heridas en su ser interior le falten cicatrizar de ese cruento golpe físico y sicológico sufrido; observé en él a un hombre corpulento de 1.82 mts de estatura, con buen humor y en el momento con buen ánimo, saludado y saludando a muchos samarios con efusividad; detallé en él a alguien que quiere aprovechar todas las oportunidades que Dios nos depara y especialmente a él.

Está al frente de una Fundación sin ánimo de lucro que ha denominado: Defensa de Inocentes y su misión es que se respeten los derechos de aquellas personas que se encuentran en las cárceles de Colombia por testimonios desviados, rendidos a la justicia con el propósito de recibir beneficios los declarantes; en sí en las garras de testigos falsos.

Es que analizando bien el delito del secuestro, es una conducta abominable, con todas las restricciones del caso, que no permiten movimiento alguno y conocimiento del exterior, que disminuye a cualquiera; sin embargo deben permanecer en el secuestrado los deseos inmensos de vivir y la esperanza de volver algún día a la preciada libertad como la tuvo Sigifredo. Esta conducta debe ser considerada siempre un delito que reciba las más altas penas de nuestra justicia colombiana a quienes lo cometieren, ya sea con argumentos políticos o extorsivos.

En esa encrucijada que padeció el ex diputado, nos relató momentos de angustia, desesperación, preocupación, pánico, miedo y zozobra ante muchas situaciones de peligro que vivió en la selva colombiana, expuesto al fuego cruzado entre el Ejército Nacional y las Farc, teniendo en cuenta que la persecución inicial fue perseverante.

Este hecho de injusticia social que vivió recientemente Sigifredo, causó conmoción no solo en Colombia sino en el mundo entero, cuya manifestación fue el rechazo a este vil atropello, brindándole apoyo; razón ésta más que fundamental para que el ex diputado López Tobón haya levantado su voz firme a través de una Fundación para salvaguardar a ciudadanos que al igual que él han sido injustamente estigmatizados, señalados.

Sigifredo López Tobón símbolo de perdón y reconciliación, se encuentra ya entre nosotros.