¿Médiums, arma elitista?

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Escrito por:

Carlos Bustamante Barros

Carlos Bustamante Barros

Columna: Columna Caribeña

e-mail: cm-bustamante@hotmail.com



Los médiums son llamados por diversos nombres que algunos definen como clarividentes, psíquicos, pitonisas, cuya misión fundamental es la recibir comunicación telepática, utilizando para el logro de tales finalidades tres elementos básicos como son el agente emisor, el agente receptor y el medio por el cual se intenta transferir el pensamiento o algún tipo de conocimiento.

De estos asuntos esotéricos, se tiene noticias desde los inicios del mundo con el oráculo de Delfos en la antigua Grecia cuando los ciudadanos acudían a este lugar para conocer sobre asuntos que mas le inquietaban en la cual la historia nos refiere que se predijo que el filósofo Sócrates seria el hombre las sabio del universo, desde entonces y para siempre el mundo contaría con este elemento intangible de las comunicaciones, que aun en las épocas actuales del modernismo subsisten como pautas generales del actuar humano en su mas interna percepción de la objetivad reinante.

Nos señala la historia que los médiums han tenido épocas fulgurantes conocidas como la edad de oro en sus mejores años la cual dio comienzo en los años de 1830 extendiéndose hasta 1938, es decir un siglo largo como puede observarse, lo cual indica su gran estructura en si misma considerada con personajes como Helem Schuman quien ha dado testimonios para la posteridad de los días en haber recibido enseñanzas del creador de la cristiandad universal el maestro Jesús, en su libro un curso de milagros y otros como madame Blavatsky aseguran haber servido como canal para que el maestro Morya le dictara el libro la doctrina secreta.

Algunos analistas creen que el fin de los médiums era la de servir a sus semejantes para labores de sanación del ser humano, así lo reportan los distintos estudios efectuados a finales del siglo XIX por eruditos en la materia como Cesar Lombroso, William Crookes, también de los médiums se ha hablado con creces en medios cinematográficos y televisión por lo cual se infiere que su existencia como tal es de amplio conocimiento publico, con tareas dirigidas a fines loables.

De igual modo han existido abstracciones, no comprobadas, que sitúan a Jesucristo como el mejor médiums del mundo para la época de su presencia terrenal, de ahí que en las fotografías y/o cuadros representativo se le observe en meditaciones profundas acerca de las cosas terrenales, siempre con el presupuesto insustituible de sus teorías impolutas de paz y amor señaladas para la posteridad de los días en los evangelios.

En los aborígenes diseminados en el Caribe Colombiano también se configura la presencia de médiums bajo distintos nombres dedicados a distintos fines, especialmente de sanación, que la mayor parte de las veces ejercen su labor enmarcado en la discreción en sus asentamientos indígenas en las profundidades de la manigua con el verdor intenso de la naturaleza y algunos en poblados remotos sin nombre alguno.

Obsérvese que la labor original de los médiums, fue la de servir a sus semejantes en labores loables de sanación, lo que puede considerarse fin primario, no existe ambages en la interpretación de tales asuntos, sin embargo con el paso del tiempo estos presupuestos insustituibles han sido desviados por algunos médiums modernos hacia sendas tenebrosas en el ejercicio de la antítesis de la bondad, que algunos analistas los sitúan en la clasificación de médiums miserables porque hacen mucho daño al núcleo social que desdeñan bajo el influjo de las caracterizaciones humanas que varían casi siempre según las circunstancias.

Se tienen noticias no confirmadas que esos médiums modernos hacen sesiones para conocer intimidades del pensamiento humano con el animo de apropiarse en sus recursos económicos y algunas veces con fines pasionales indescifrables, cuyo alto costo de diez salarios mínimos mensuales solo puede ser sufragado por castas sociales elitistas, referidas con cinismo por algunos con designaciones como una de nuestras mejores cartas, hechos estos que resultan sorprendentes en estas épocas modernas del internet y medios de comunicación satelitales.

Al azar en mis cavilaciones surge el interrogante, ¿Existe el amor de médiums cautivante con sus encantos?, los informes recopilados no hacen señalizaciones al respecto, pero se intuye que debe haberlos porque en la viña del Señor hay de todo, como acostumbramos decir en el lenguaje del Caribe colombiano para denotar la existencia de todo tipo de situaciones reales o aparentes.

El mundo y la vida siguen su curso….



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