Cambios climáticos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Bustamante Barros

Carlos Bustamante Barros

Columna: Columna Caribeña

e-mail: cm-bustamante@hotmail.com



Para estos tiempos los cambios climáticos se producen con bastante frecuencia, a tal punto que suelen producirse casi a diario con bruscas variaciones del medio ambiente, donde las temperaturas bajan incluso bajo cero en muchas capitales latinoamericanas,

se desgajan aguaceros torrenciales cuando menos se esperaban, se dan tornados y huracanes continuos agitando mares y propiciando tempestades, hechos estos que hacen inferir que se trata de un fenómeno generalizado nunca antes visto en el mundo, en la cual distintos analistas especializados en el tema coinciden en señalar como causas precisas la deforestación continuada de la naturaleza así como los gases originados por los desechos industriales que ha terminado por perforar la capa de ozono, abriendo espacios inmensos en el cosmos, facilitando con ello la filtración de rayos ultravioletas lesivos para la piel humana y generando al mismo tiempo el calentamiento inusitado de la tierra.

Recientes foros mundiales realizados para tal fin en el Día de la Tierra, han coincidido en señalar que el clima se verá alterado en forma significativa en el siglo XXI como resultado del aumento de concentraciones de gases invernaderos tales como el dióxido de carbono, óxidos nitrosos los cuales están atrapando una porción creciente de radiación infrarroja terrestre que harán aumentar las temperaturas entre 1,5 a 4,4 grados, trayendo como consecuencia precipitaciones de lluvias globales, que es lo que estamos observando en la actualidad con las distintas variaciones climáticas originadas en todas partes del globo terráqueo.

Diversas investigaciones realizadas en Canadá, señalan que se proyectan grandes pérdidas de bosques en distintas partes del planeta lo cual en efecto ha ocurrido, así lo registran las cuantiosas pérdidas originadas por incendios forestales calculadas en 170 millones de hectáreas diseminadas en distintas partes del mundo como California en la costa este de los Estados Unidos y más recientemente en Rusia, lo cual indica que el hábitat en que vivimos está siendo gravemente sacado de su estado natural, por la degradación continuada del ecosistema por el hombre, quien paradójicamente y en forma absurda atenta contra en propio hábitat en que vive.

En nuestro país Colombia existe una gran reserva natural, como lo es en efecto el gran trapecio amazónico, rico en biodiversidad con abundancias de aguas del río Amazonas, afluentes diversos, al igual que su naturaleza abundante y tupida por lo que ha sido designada por estudiosos en la materia como el "pulmón del mundo", de igual manera se encuentra también la Sierra Nevada de Santa Marta clasificada entre las grandes reservas naturales del mundo, que sitúan a nuestra nación entre las privilegiadas del mundo en biodiversidad sostenible.

Sin embargo, es necesario indicar que no existe en la actualidad ilustración suficiente a los ciudadanos en materia ecológica que permitan adquirir conciencia acerca del modo indicado para cuidar el entorno natural que le rodea, a lo anterior hay que agregar la carencia de una ley apropiada que establezca multas onerosas convertibles en arresto por la tala indiscriminada de bosques en los cultores de la industria maderera, de tal manera que su actuar inapropiado es visto como normal en el medio, aunque sea por la mera costumbre de su ocurrencia continuada.

Los afluentes pertenecientes a esta región del Caribe colombiano como los ríos Ranchería en La Guajira (norte del país), el río Cesar, o los ríos Bonda o Manzanares en el departamento del Magdalena, lucen bastante erosionados en sus lechos naturales porque han sido deforestados de sus árboles milenarios que abrigaban con su sombra vivificante el lecho acuífero por los madereros informales y también hay que manifestarlo por el continuo acopio de basuras lanzados a su lecho por vecinos inconscientes que han terminado a fin de cuentas por reducir sus espacios naturales en que corrían sus aguas hasta taponarlas por completo, surgiendo en consecuencias los desbordamientos de aguas cuando llueve en la cabecera.

Ojalá se adopten medidas gubernamentales en el país que permitan crear las condiciones mínimas necesarias para la preservación de la flora como podría ser legislar para aumentar las sanciones pecuniarias para quienes lesionen el ecosistema y al mismo tiempo se adopte cátedras en los colegios para que en las nuevas generaciones se cree conciencia de la biodiversidad sostenible y su defensa.

Al final recuerdo como estela fulgurante de luz en la noche oscura, los versos de la canción vallenata que hacen alusión a los cambios del tiempo con las variaciones impredecibles de estados ánimos femeninos, en que anota textualmente el compositor consumado: "…así como cambia el tiempo cambia también la mujer….", no preciso en este momento si fue Omar Geles o Marciano Martínez quien compuso la canción, pero de esa manera ha quedado para la posteridad de los días.

El mundo y la vida siguen su curso…