La Paz: Un deber

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Escrito por:

Tulio Ramos Mancilla

Tulio Ramos Mancilla

Columna: Toma de Posiciones

e-mail: tramosmancilla@hotmail.com

Twitter: @TulioRamosM



Un país en guerra se desgasta, se empobrece, se margina, se estigmatiza. El empleo se derrumba, los inversionistas huyen, los turistas no vuelven. Sus habitantes en una guerra, se exilian, se desilusionan, los ataca el miedo, se genera desconfianza entre los mismos vecinos, entre los compañeros de trabajo, en un peatón, y lo más triste pierden familiares que defienden al Estado en su conjunto.

Por eso es un imperativo ético y moral, una unión colectiva, y esa es la de apoyar el proceso de paz que acaba de iniciar el señor presidente Dr. Juan Manuel Santos con la guerrilla más antigua del mundo: las Farc. Al gobierno colombiano lo debemos apoyar todos los colombianos de bien: los ricos, los pobres, los profesionales, los obreros, los viejos, los ancianos, los negros, los indígenas, los campesinos, los blancos, los empresarios, los desempleados.


Anima que los países amigos nuestros también apoyen los inicios de diálogos en Oslo. Desde Estados Unidos hasta Cuba. Claro que a cada intento de paz, no se debe generar falsas expectativas, ya que nos alentamos mucho para que después nos desilusionemos, como sucedió en el Caguán y la mamadera de gallo de las Farc, hace ya 14 años. Pero de los errores todos hemos aprendido y esperamos que la paz se logré para que nuestro país salga adelante.

Desde luego que el proceso tendrá enemigos de ambos extremos y de poderosos que se lucran de esta guerra, a costa de los muertos que siempre son los más pobres. ¿O, quiénes prestan el servicio militar, dizque obligatorio en Colombia? Respuesta: pues el pobre. El hijo de la lavandera, el hijo del vendedor de buñuelos, el que no tiene para pagar la libreta, el que no tiene la palanca, "Los Nadies", a decir del maestro Galeano.

Con la guerra solo se benefician pocos colombianos y muchos países, aquellos claro está, que venden las armas, por ejemplo. Por eso debemos apoyar a nuestro presidente. Aquí y en la Conchinchina. Y que las Farc con el 99.9 por ciento de imagen negativa aproveche esta mano tendida y amable del primer mandatario.

Mi Ñapa. El 11-S, es un día que jamás olvidaremos. No sólo por los atentados contra los Estados Unidos, sino porque en 1973 el siniestro Pinochet en complicidad con el gobierno americano hizo un golpe de estado al Dr. Salvador Allende, presidente legítimo de Chile.



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