Salario igual para mujeres y hombres

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



El Código Laboral colombiano, manifiesta que a un trabajo realizado en un puesto, jornada y condiciones de eficiencia iguales, corresponderá un salario igual y no se tendrán o argumentarán diferencias por el sexo, edad, nacionalidad, raza, religión, opinión política, etc…, un principio que no se le da la debida importancia, ya que además de desarrollar un derecho fundamental de nuestra Constitución Política como es el derecho a la igualdad, su aplicación es nula, casi que letra muerta.

Determinar el factor de eficiencia, de rendimiento laboral por las empresas a sus trabajadores, sería lo ideal para la Ingeniería Industrial, pero resulta muy subjetivo valorarlo ya que la eficiencia marcada entre empleados será la razón para pagar salarios diferentes. Este asunto es más complejo cuando intervienen factores como la experiencia, formación académica, destreza…

Muchos países avanzan en este tema hacia una mayor equidad, pero se debe continuar con ese propósito.

La directora de la ONU mujer, Michele Bachelet, expresa que las mujeres siguen cobrando menos que los hombres por el mismo trabajo y trabajan más tiempo.

La violencia de género destruye la igualdad de derechos. Nuestra Carta Magna indica que la mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades, la mujer no será sometida a ninguna clase de discriminación. Es importante que se les de a ellas el papel que les corresponde. Se ha observado que cuando la proporción de directivos femeninos en una empresa es mayoría, son más eficientes. Se deja entre ver que no solo es un derecho humano, sino también una cuestión de eficiencia económica.

No se discute que las mujeres ganan día a día espacios en el mundo, especialmente en el laboral, pero sigue notándose claramente el salario que reciben ellas en relación a los hombres. Así lo expresa la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuando indica que reciben un 33 por ciento de sueldo mensual menos que los hombres por un trabajo similar e incluso mayor.

Según la OIT, Colombia está considerada entre los veinte países con peores salarios del mundo y solo incluye a los trabajadores que perciben un salario formal, sin contar con los trabajadores independientes.

La generación de empleo tiene un papel crucial, porque el desempleo y su disfraz cruel, la informalidad, constituyen un trauma personal de inconmensurables efectos económicos.

El ingreso al panorama jurídico de la ley a igual trabajo igual salario para hombres y mujeres gestada en el Congreso de la República por el Movimiento Mira, obliga a que el empleador cumpla con el principio de igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que presten un mismo servicio.

Surgen diferencias discriminatorias e injustas que las autoridades laborales son las que deben conocer y solucionar la problemática y hacerlas cumplir, ese es el espíritu de esta ley.

El deseo de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, surge en Europa en la Cumbre del Empleo realizada en Luxemburgo en 1.997; pero debe seguirse observando y evaluando periódicamente el impacto de las políticas en materia de igualdad entre ellas y ellos y también la sensibilización sobre los problemas de igualdad de oportunidades, particularmente en el directivo.

Luego surge el Tratado de Ámsterdam, enfatizando sobre la no discriminación, no solo por razón de sexo, sino también por razón de raza, religión etc..

Muchas mujeres calificadas de diferentes profesiones, son empleadas por empresas argumentando estas que les dan un sentido de más responsabilidad al trabajo en el cual son ocupadas, pero en cuanto a lo salarial se quedan cortas, al no mejorarles el salario.

Por eso el problema de igualdad entre los sexos, es la situación de desigualdad de las mujeres en relación con los hombres.

Traducir diferencia por desigualdad ha sido el mecanismo utilizado, dado que ellas no están constituidas biológicamente como los varones, se acepta tranquilamente que no tengan los mismos derechos y mientras tanto se abusa de ellas.

La ley está vigente y se trata que los postulados de esta ley no queden de una manera retórica, sin que la igualdad permee, impregne la vida tanto económica como habitual, ejercitándola.