Son varios los indicadores que tienen los gobiernos para medir la pobreza de sus habitantes. De estos, está el de pobreza basada en ingresos: esta es la medida más tradicional y se basa en el ingreso diario o mensual. Por lo general, se utiliza el umbral de pobreza de 1,90 dólares al día establecido por el Banco Mundial. Quienes ganan menos de este umbral se consideran en situación de pobreza extrema.
Otro, el Índice de Pobreza Multidimensional desarrollado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. En él se consideran múltiples dimensiones y no solo el ingreso. Este contempla: salud, educación y nivel de vida. Cada una de estas se desglosa en varios indicadores. Por ejemplo, Salud: mortalidad infantil y salud nutricional. En Educación se mide los años de escolaridad y asistencia escolar. Y, por último, el Nivel de vida, como acceso a saneamiento, agua potable, electricidad, tipo de suelo en la vivienda, combustible de cocina y bienes duraderos.
Ahora bien, aparte de los anteriores, existen otros métodos y enfoques que pueden ser aplicados. Primero, pobreza subjetiva. Esta se basa en la percepción que tienen las personas sobre su situación económica. Segundo, lineas de pobreza nacionales, en este, muchos países establecen sus propias líneas de pobreza basadas en el costo de una canasta básica de bienes y servicios. Tercero, vulnerabilidad a la pobreza, este se concentra en la probabilidad de que un hogar o individuo caiga en la pobreza en el futuro. Y, por último, pobreza relativa, que se define en relación con la distribución del ingreso o consumo en una sociedad específica.
Mientras tanto, según la doctora en economía Blanca Cecilia Zuluaga de la Universidad Icesi, en Colombia, la forma de determinar la pobreza multidimensional proviene de un método propuesto por el Departamento Nacional de Planeación en 2011. Este evalúa las deficiencias en cinco áreas clave: educación, salud, empleo, vivienda, y desarrollo en la primera infancia y adolescencia. Cada una tiene varios indicadores, como logros en educación y analfabetismo. Por lo anterior, este índice ha sido fundamental para entender y abordar problemas sociales, y ha sido valioso para la formulación de políticas públicas en el país.
En ese sentido, para el año 2021, el DANE determinó que un individuo requirió un ingreso mensual de $354.031 para cubrir sus necesidades básicas. En cuanto a la línea de pobreza extrema, se estableció un ingreso de $161.099 por persona. Posteriormente, en 2022, Colombia experimentó una disminución de la pobreza a cifras más bajas que las previas a la crisis sanitaria. Según el DANE, el porcentaje de habitantes con necesidades materiales significativas descendió del 16% al 12,9% en un año, marcando un récord histórico. No obstante, esta cifra aún refleja la difícil realidad de 6,6 millones de colombianos en paupérrima pobreza.
De todas maneras, es vergonzante que en nuestro país cada noche uno de cada dos niños se acueste con hambre. Y, que en pleno siglo XXI haya un departamento en donde los niños mueren de hambre. O, que en otro se encontró que se le dio la bienestarina a los cerdos mientras niños desnutridos la necesitaban.
En ese contexto, aunque, no solo los niños llevan del arrume con la pobreza, sí son los más afectados. Y, en el país del nunca jamás, que se mantiene de rumba en rumba, parranda en parranda, carnaval, reinados, fiestas y ferias; son los que más hambre aguantan en la región.
Para concluir, mis indicadores de que nos creemos un país muy pobre son, primero, que nos dividieron en estratos para exigirnos vivir con un salario mínimo que no alcanza para nada, segundo, que no nos da vergüenza salir a pedir colocando la ponchera a otros países cuando tenemos una calamidad. Y, tercero, que nuestros niños se acuesten con hambre. Estos nos da la chapa a nivel interno, internacional y mundial que somos el país del sagrado corazón con los más encopetados politiqueros corruptos estrato 6 que hace rato perdieron la cordura, la moral y hasta la vergüenza.