Derecho forestal y derecho ambiental

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Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


         El Derecho Ambiental y el Derecho Forestal son disciplinas jurídicas que mantienen una estrecha relación a pesar de que, por lo general, suelen ser tratadas de forma separada. En mi opinión, esta visión ha limitado, hasta cierto punto, la comprensión de cómo estos dos campos pueden complementarse y trabajar juntos para lograr objetivos comunes cuando se desarrollan proyectos de infraestructura.

Primordialmente, es preciso entender que el Derecho Ambiental, en su más amplia expresión, tiene por finalidad la protección y conservación del medio ambiente, garantizando el uso sostenible de los recursos naturales y la protección de la biodiversidad. Por otro lado, el Derecho Forestal, se enfoca concretamente en el uso racional de los bosques y la conservación de estos ecosistemas.

En este sentido, el Derecho forestal adquiere significativa importancia como instrumento para materializar variados objetivos del Derecho ambiental. Este enfoque es entendible, sobre todo si consideramos que los bosques son uno de los ecosistemas más valiosos para el planeta. Estos actúan como sumideros de carbono, contribuyendo a la mitigación del cambio climático, proporcionando hábitats para numerosas especies y esenciales para el bienestar humano.

Sin embargo, considero que no podemos olvidar que, para que el Derecho Forestal pueda efectivamente contribuir al Derecho Ambiental, es fundamental que se implementen y se cumplan las normativas existentes. En este contexto, los proyectos ambientales juegan un papel crucial.

Debido a esto, la relación entre el Derecho Ambiental, el Derecho Forestal y la formulación de proyectos ambientales es innegable. La planificación, implementación y seguimiento de estos proyectos, que incluyen desde la reforestación hasta la gestión de residuos, son herramientas esenciales para cumplir con las normativas tanto ambientales como forestales. Esta convergencia de disciplinas permite que los principios de uso sostenible y conservación estén cada vez más presentes en la gestión de nuestros bosques.

Además, es importante resaltar que los proyectos ambientales, deben ser considerados como la principal herramienta operativa para la aplicación efectiva de estas normativas. Con el diseño adecuado y una correcta implementación, pueden hacer realidad los preceptos del Derecho Ambiental y el Derecho Forestal, garantizando tanto el uso racional de los recursos naturales como la conservación de los ecosistemas. Para que esta integración sea posible, se requiere la participación activa de todos los actores involucrados: autoridades, empresas, organizaciones de la sociedad civil y, por supuesto, la ciudadanía en general. Considero que, en este sentido, es fundamental promover la educación y la sensibilización sobre estos temas, para que cada uno pueda entender su papel y su responsabilidad en la protección de nuestros bosques y del medio ambiente en general.

Ahora bien, el derecho ambiental es un conjunto de leyes y principios diseñados para proteger y preservar el medio ambiente. Mientras tanto, el derecho forestal es un subconjunto del derecho ambiental que se ocupa de las leyes y regulaciones relacionadas con los bosques. Cuenta con varios principios: Sustentabilidad, Función Ecológica, Manejo Sostenible, Participación, Justicia Social, Prevención, Precaución, Restauración y principio de Legalidad.

Finalmente, es mi convicción que el camino hacia el desarrollo sostenible pasa ineludiblemente por el reconocimiento de la interdependencia entre el Derecho Ambiental y el Derecho Forestal. Solo cuando entendamos y apliquemos de manera efectiva los principios de estas dos disciplinas, podremos aspirar a un futuro donde los recursos naturales sean utilizados de forma racional y donde la conservación del medio ambiente sea una prioridad para todos. En este desafío, los proyectos ambientales, debidamente formulados y ejecutados, serán nuestros mejores aliados.

Para concluir, intuyo que, al entender y fortalecer la interacción entre ellos, seremos capaces de avanzar hacia un uso más racional de nuestros recursos naturales, logrando un equilibrio entre la conservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible. Para ello, es imprescindible que estas dos disciplinas se aborden de manera integrada y no aislada, y que los proyectos ambientales se formulen y ejecuten de acuerdo a las directrices que estas proporcionan.



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