Éxodo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


Venezuela ha experimentado una de las mayores crisis migratorias en la historia de América Latina en la última década. La revolución socialista, educativa y de salud, iniciada bajo el mandato de Hugo Chávez, ha enfrentado numerosos desafíos y sus resultados han sido catastróficos. 

Por este fracaso, desde 2014, alrededor de 7.2 millones de venezolanos han emigrado debido a la crisis política, económica y social que atraviesa el país. El éxodo de venezolanos ha generado una serie de problemas en los países receptores, como la saturación de los sistemas de salud y educación, la discriminación y la xenofobia. De hecho, según datos de la plataforma multiagencial R4V el los últimos años del país vecino han salido 7.177.885 venezolanos. Y, para el 2014 vivían en Colombia 23.573 venezolanos, hoy lo hacen 2.894.593. 

Mientras tanto, la revolución política, educativa, social y de salud en Venezuela han enfrentado numerosos desafíos a lo largo de los años. A pesar de algunos logros iniciales, como el aumento en la matrícula escolar y la reducción de la desigualdad en el acceso a la educación, la situación actual es preocupante. La falta de inversión en infraestructura, la escasez de docentes y la hiperinflación han contribuido a un deterioro en la calidad de la educación. Asimismo, en cuanto a la salud, el sistema sanitario venezolano ha colapsado debido a la falta de insumos médicos, medicamentos y profesionales de la salud. Las enfermedades que antes estaban controladas han resurgido, y el acceso a servicios médicos básicos se ha vuelto cada vez más difícil para la población.

Ahora bien, el legado del expresidente Hugo Chávez es controvertido. A pesar de que hizo esfuerzos por reducir la pobreza y promover la equidad social, su modelo de gobierno basado en el control estatal de la economía, la salud y la polarización política ha dejado al país en una situación económica y social crítica. Lo anterior, sumado a que el gobierno liderado luego por Nicolás Maduro, ha implementado políticas económicas insostenibles y ha debilitado las instituciones democráticas. Además, la corrupción, la ineficiencia y la mala gestión han agravado la situación. Sin embargo, también se debe considerar el impacto de las sanciones internacionales, que han afectado la economía y limitado el acceso a recursos esenciales. Adicionalmente, las tensiones geopolíticas y la injerencia de actores externos han contribuido a la inestabilidad política y social en el país.

Hoy es crucial que la comunidad internacional, junto con la oposición venezolana y otros actores relevantes, trabajen juntos para abordar la crisis humanitaria, convocar a elecciones libres, transparentes y democráticas para encontrar soluciones a largo plazo para la recuperación económica y la estabilización política. Particularmente, trabajar en el ámbito de la educación, derechos humanos, trabajo digno, democracia y la salud, pues es necesario invertir en infraestructura, garantizar la formación y retención de profesionales, y promover la cooperación internacional en la provisión de recursos y asistencia técnica. Los anteriores son pilares fundamentales para el desarrollo humano y el bienestar de la población, y deben ser prioridades en cualquier esfuerzo de reconstrucción y recuperación.

Para concluir, el éxodo masivo de venezolanos hacia Colombia ha generado cambios significativos en la sociedad colombiana. Primero, la llegada de ha tenido efectos económicos tanto positivos como negativos. Por un lado, la afluencia de mano de obra venezolana ha contribuido al crecimiento económico, ya que muchos inmigrantes han ocupado empleos en sectores como el comercio, la agricultura y la construcción. Por el otro, han impulsado la demanda de bienes y servicios, generando un aumento en el consumo y, por lo tanto, en la producción. Segundo, la competencia laboral y la precariedad de empleo han generado una presión sobre los salarios y las condiciones de trabajo, afectando a los colombianos de bajos recursos. Por último, la informalidad laboral y la explotación de la mano de obra migrante también han aumentado, generando problemas de inequidad e inestabilidad económica en Colombia.