“… En esta corporación […] se viene a mentir”

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


Con esta lapidaria frase, el Concejal José “Chema” Mozo, sintetizó la percepción que tienen los samarios sobre el Concejo de Santa Marta. Corporación, cuyo deber y principal función, es ejercer el control político-administrativo de la ciudad. La frase, fue pronunciada en medio de un penoso espectáculo protagonizado por varios concejales el día 1° de marzo de 2023, fecha en que se dio instalación al Primer Periodo Ordinario de la Corporación. El episodio, evidencia el bajo nivel del debate y el pobre compromiso con la ciudad de parte de quienes deberían ser  ejemplo de dignidad y buenas prácticas en el desempeño de su trabajo.  

En su interlocución, el Concejal “Chema” Mozo, insinuó que algunos compañeros de Cabildo, votan los proyectos “bajo intereses personales”. Ejemplo de esto -según el Concejal-, el proyecto de Acuerdo N° 027 dic/2022, mediante el cual se concedieron facultades a la Alcaldesa Virna Johnson para comprometer vigencias futuras por valor aproximado de $1.7 billones. Mozo, apuntó: “Por eso es que estamos desprestigiados doctor David […] usted no ve que acá se aprobó el proyecto del agua con una cantidad innumerable, que le hacían falta un poco de soportes, comprobados […] Por eso es que la ciudad no cree en esta corporación, porque se viene a mentir”. 

Lo observado en la citada sesión, ha dejado la impresión en la opinión pública que las sesiones del Concejo operan como una puja con visos de chantaje, para obtener beneficios económicos o burocráticos cuando el ejecutivo necesita la aprobación de algún proyecto. Esta puja se da mientras la ciudad se debate entre las crisis de servicios públicos, criminalidad, informalidad laboral, pérdida del espacio público y malos manejos del erario, sin que nadie exija en su nombre responsabilidades políticas ni penales. 

Para confirmar la percepción ciudadana sobre el Concejo de la ciudad, el Concejal David Palacios -quien votó a favor del Acuerdo N° 027 de dic/2022-, recordó a los samarios, que cuatro años atrás, Mozo había votado en favor de aprobar al Alcalde de turno, facultades para endeudamiento. En efecto, se verificó que por unanimidad el Concejo de la época otorgó facultades mediante Acuerdo 029 de dic/2018, al exalcalde Rafael Martínez, para comprometer vigencias futuras excepcionales por valor de $892 mil millones para financiar proyectos de inversión que ejecutaría la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta (ESSMAR). En 2019, dicho Acuerdo fue reversado por el alcalde encargado Andrés Rúgeles y la secretaria de Hacienda Distrital, Diana Villalba, quienes advirtieron un riesgo para las finanzas del Distrito al comprometer los ingresos corrientes de libre destinación hasta 2049. 

Sin importar estos antecedentes, y al parecer, sin los soportes técnicos necesarios, el actual Concejo, aprobó un nuevo endeudamiento por un mayor valor. El “criterio” que aquí parece aplicarse es: si Mozo actuó para obtener beneficios personales, los demás también tienen derecho para hacerlo. Los argumentos nunca son por conveniencia o inconveniencia para la ciudad.

Por último, el concejal Palacio, recalcó a Mozo: “hay que respetar lo que los compañeros tienen como criterio […] mi criterio era que el proyecto del agua estaba bien, el suyo era que no”. Concejal Palacio, debería explicarle a los samarios, qué debe entenderse por  “criterios” de los concejales, y por qué estos “criterios” deben prevalecer en decisiones de ciudad, en contravía de fundamentos técnicos, financieros y legales que exponen gremios y profesionales conocedores, frente a la inconveniencia de acuerdos como el 027 de dic/2022.

Una hora, nueve minutos y cuarenta y tres segundos, duró esta impresentable sesión; tiempo suficiente para sentir vergüenza de ciudad y de su representación en esta corporación. Por desgracia, la precariedad e indignidad del actual Concejo Distrital, es de larga data, lo cual le ha cobrado mucho de su potencial socio-económico.

Queda claro qué, esto es lo que eligen los samarios, Pero, ¿será que los samarios despiertan? La respuesta, la darán en las urnas del próximo debate electoral.