Crisis del agua: ¿y dónde está el piloto?

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Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


En audiencia pública el pasado 16/febrero, Empresas Públicas de Medellín-EPM, designada como Agente Especial para la intervención de la Essmar, presentó a los samarios los resultados del diagnóstico de la etapa pre-toma por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos, situación actual y el plan de acciones a implementar para que esta empresa supere su actual crisis. Además de reportar a la ciudadanía sobre el estado de la Essmar, la audiencia pública tuvo como fin, socializar la nueva hoja de ruta de la intervención, dispuesta por el actual Gobierno Nacional. No obstante, que EPM y Superservicios dejaron claro el qué y el cómo de la solución de la crisis de la Essmar, lo que no se alcanzó a precisar en este espacio, es cuánto costará y de qué fuentes provendrá su financiación.  

La Essmar, ha logrado como en pocas ocasiones, poner de acuerdo al pasado y actual gobierno nacional en algo: la empresa debía ser intervenida. Como lo advirtió el gerente de EPM, Jorge Carrillo Cardoso, “No se intervienen empresas que estén bien”. Así, no queda duda que “la tal crisis” de la Essmar si existía, y que tapar esta olla podrida solo prolongaría y profundizaría el detrimento que su mal manejo ha causado a la ciudad.

En palabras del Superintendente de Servicios, Dagoberto Quiroga, la situación de la Essmar es compleja. Sin embargo, el objetivo de la intervención no es liquidar, sino salvar la empresa, un propósito en que enfatizó, la sociedad samaria debe unir esfuerzos. 

Los resultados del diagnóstico señalaron las causales de la intervención: la crisis financiera y la prestación de un servicio de calidad regular. Estos aspectos se reflejan en una deficiente disponibilidad hídrica, rezago en infraestructura y deterioro de la calidad del agua. 

La disponibilidad hídrica no alcanza para abastecer a la ciudad ni siquiera durante temporada de lluvias. En invierno la ciudad tiene un déficit de 500 litros/segundos, el cual, durante el verano se duplica. Este déficit hídrico, se ve agravado por las grandes pérdidas (59%), las cuales se ubican como uno de los porcentajes más altos del país, lo que financieramente le cuesta a la Essmar, alrededor de $55.000 millones al año. Al problema de altas pérdidas, se suman los bajos niveles de recaudo. Este conjunto de situaciones, ha conllevado a un servicio de acueducto y alcantarillado, inviable.

Respecto a la calidad del agua, el servicio no cumplía con el Índice de Riesgo de Calidad del Agua (IRCA). Si bien, según lo reportado este índice ha mejorado, no deja de ser un reto su optimización.

Ante las fallas identificadas, la EPM, propone un plan de mejoramiento que contiene alrededor de 276 acciones, entre las que se destacan: bajar las pérdidas, ajustar la organización administrativa de la empresa, realizar inversiones en materia de mejoramiento y mantenimiento de infraestructura y la revisión del estudio tarifario. Asimismo, EPM advirtió que para una solución definitiva, la ciudad debe disponer como base de planificación, con un Plan Maestro de acueducto y alcantarillado y el catastro de redes.

El superintendente Quiroga, dejó claro que el propósito del Gobierno Nacional, es poner la Essmar en condiciones que garanticen su eficiente servicio y solidez, y de esta forma, devolverla a los samarios. Para esto, cuanto antes amerita que la ciudad conozca la estimación de costos de las soluciones propuestas y sus probables fuentes de financiación. 

Al final, tanto EPM como Superservicios, reiteraron a los samarios el mensaje de unir fuerzas para que a través de esta ruta de navegación, se gestione la solución definitiva a la crisis del agua. La pregunta que queda es: ¿y dónde está el piloto? 

En manos de los samarios está la decisión de escoger un piloto que guíe a la ciudad por la senda del progreso, u otro que termine de arrastrarla hacia el estado fallido, ruta sobre la cual transita en la actualidad.