Manicomio global

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com

El World Economic Forum (WFE) se está convirtiendo en un gobierno global no electo que la gente nunca pidió y no quiere, trinó el enemigo número uno de la nueva tiranía global y actualmente el mayor defensor de la libertad, Elon Musk.

Este trino recoge el sentir de los que todavía creemos en la libertad y que estamos dispuestos a pelear hasta la muerte por expresar nuestras opiniones por muy incomodas que les parezcan a los progresistas.

Cada vez más el WFE se está convirtiendo no en una oportunidad de intercambiar ideas entre líderes mundiales sino en un cuerpo que quiere dictar como debe comportarse y actuar el mundo.  Obviamente, conforme a la ideología progresista.  En este afán de gobernarnos, este foro se ha convertido mayormente en una convención anual de lunáticos extremistas donde quien escandalice más y quien más extremista parezca, es quien genera atención.  Afortunadamente, todavía quedan espacios para que voces sensatas se hagan sentir.

Extremista el llamado del fundador Klaus Schwab a que todos los gobiernos del mundo vayan a Davos cada año a rendir cuentas.  Creo que esto fue lo que motivó el trino de Musk.  Extremista el ataque a la libertad de prensa y de expresión y declararlo enemigo de la agenda progresista, y ni que decir de las posiciones extremas con respecto al cambio climático y pandemias de la mano de Al Gore, Tony Blair y Hagemann Snabe.  Colombia puso su cuota de locura de la mano de nuestro enajenado mental mayor, Petro, y su alter ego la ministra Vélez.  Nuestra cuota de sensatez la puso Bayón, presidente de Ecopetrol, quien en perfecto inglés y con gran solvencia técnica, articuló claramente una visión para el sector de hidrocarburos en Colombia. 

Queda mal el país cuando diferencias tan profundas salen a la luz pública donde menos se esperaba.  Máxime, cuando se creía que el tema de los nuevos contratos para la exploración había sido saldado, requiriendo la intervención del ministro de hacienda, Ocampo.  Y queda aún peor el país cuando su presidente y su ministra no saben dónde están parados, no conocen el tema y solo con base en sus predicciones apocalípticas están formulando políticas públicas, que tienen gran impacto para el país. La perla más desconcertante, es que Petro hubiera anunciado que la transición energética se puede hacer en el corto plazo.  Nadie serio ha propuesto esto hasta el momento, todo lo contrario.

Elon Musk, pionero y uno de los mayores fabricantes de autos eléctricos del mundo ha dicho que el petróleo y el carbón serán necesarios por otros cincuenta años.   Jamie Dimon, presidente ejecutivo de JP Morgan y Brian Moynihan, presidente ejecutivo de Bank of America fueron voces que se alzaron en Davos contra el afán de hacer una transición apresurada y a como dé lugar.  Este último por el contrario hizo un llamado a una transición balanceada, es decir, progresiva donde no se prescinda de los hidrocarburos como fuente de energía.  Tanto Dimon como Moynihan son voces autorizadas y que pesan mucho, ya que en razón de su actividad tienen acceso a la mejor información financiera y económica disponible en el mundo y que abarca todos los sectores; es decir, tienen una visión integral.  En el escenario más optimista, la transición se sentirá en unos veinte años, que fue el escenario de Bayón, pero sobre el cual hay que anotar que es irreal para el tercer mundo; no lo es tanto para los países desarrollados.  Los tiempos de Musk parecen más razonables.

Ya veremos que sucede en Colombia en los próximos días, meses como consecuencia de la agenda apocalíptica de Petro y su comparsa de enajenados.  Por lo pronto, hemos quedado con una ministra que tiene cero credibilidad. 

Lo cierto es que el tema de transición tiene otras aristas importantes que comentaremos en una próxima columna.