Los cien primeros cien días del presidente Petro

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


Desde que Franklin Delano Roosevelt, se ideó como medida que los primeros cien días de iniciar un gobierno, era el gran termómetro para medir la temperatura de cómo sería el mandato de cada gobernante hasta el final de su mandato.

El termómetro de Roosevelt, los primeros cien días los midió, no con el tiempo de cuatro años u ochos como es el lapso del mandato gringo, Roosevelt, permaneció en su mandato por 12 años. Desde que se ideó la medida de los cien días, todos los gobernantes de Estado y de este continente han seguido la doctrina del hábil presidente norteamericano.

El pasado martes 15 de noviembre se cumplieron los primeros cien días de gobierno del presidente Petro, sus seguidores salieron a las calles de las principales ciudades del país, alagando su obra maestra de gobierno. Lo que sí se puede notar, es que al parecer no gobernará de manera dictatorial como lo han realizado en el país hermano de Venezuela y Nicaragua, prácticamente lo confirmó el ministro del interior Alfonso Prada, cuando se enteró que se gestionaba en los pasillos del Congreso que se presentaría un proyecto de ley para agrandar el periodo de los presidentes por cinco años, el ministro anunció que el presidente se había elegido por cuatro años y ese lapso sería el tiempo de gobierno del presidente Petro.

A pesar que sus seguidores hicieron plausibles sus logros, también ha enfrentado subidas y bajadas en pocas semanas de su gobierno, si sus seguidores marcharon por sus logros de manera positiva, tampoco es menos cierto que también se han registrado marchas de la oposición reclamando inconforme por la Reforma Tributaria, que, en declaraciones de sus ministros, han generado inadaptación en la contra parte de su gobierno.

Hasta ahora el gobierno ha actuado de manera sensata, por lo menos ha logrado normalizar las relaciones con Venezuela, lo que es beneficioso para el futuro de ambos países y el bienestar de los que conviven en la frontera, el comercio se ha rehabilitado, las carreteras están abiertas, las trochas se han logrado cerrar en gran parte, de manera que no hay duda de que al reabrir las relaciones con Venezuela ha sido un gran beneficio.

La Reforma Tributaria recientemente aprobada le garantiza recursos para financiar su Plan Nacional de Desarrollo, y la ley de Paz Total le abre las puertas para trabajar por el logro de una paz persistente el en país. 

Lo que todavía nos señala una gran preocupación, es que ponga fin a las exportaciones y las exploraciones de hidrocarburo en el país. La ministra de minas Irene Vélez Torres ha insistido en realizar su proyecto sin escuchar hasta qué punto su doctrina puede ser perjudicial para las finanzas de un país que recibe un alto porcentaje por ese sector productivo.

Ojalá Petro, atine con certeza en el programa que pueda ejecutar, y que el país no viva de manera estrecha como nosotros los samarios que, de tener una ciudad supremamente santa, nos encontramos gobernado por demonios.