Que los representantes de nuestro gobierno con Petro a la cabeza se paseen por el mundo haciendo declaraciones ridículas debería preocuparnos. Aunque en el gallinero local los absurdos generen aplausos, en el extranjero causan risa. Es imposible tomar en serio a un gobierno y a un mandatario cuyas declaraciones acusan ignorancia crasa.
Petro se atrevió a decir que Colombia usara sus reservas de carbón la humanidad moriría. Las reservas colombianas representan menos del 1% de las reservas mundiales. Los Estados Unidos tienen reservas 42 veces la de Colombia y Rusia 30 veces. Al poco tiempo afirmó que consumir drogas es como fumarse un cigarrillo.
En Venezuela, Benedetti dijo que en Colombia se violan los derechos humanos mucho más que en Venezuela. Afirmación que no merece comentario.
Y como cereza del pastel, Roy Barreras en la reunión de los países amazónicos dijo que América Latina debería tener un parlamento y una moneda común al estilo Unión Europea. No que no sea deseable sino que es un imposible en las circunstancias actuales. Es una idea vieja que ha fracasado varias veces cuando se ha intentado.
La idea de la integración ha fracasado por muchas razones, entre estas las dificultades topográficas. Por ejemplo, el enorme potencial de comercio entre Brasil y Argentina no se da porque la logística del transporte no lo permite. Salvo que algo haya cambiado recientemente, el transporte terrestre solo era posible por un puente entre ambos países.
Por otro lado, una moneda común equivale a renunciar al control de la política monetaria en una región con economías muy disimiles y que compiten entre sí. Los países más pudientes se verían forzados a financiar a los más pobres porque la fortaleza de cualquier moneda está inexorablemente atada a la fortaleza de las economías que la respaldan. Barrera parece ignorar que América Latina es un club de países pobres y que dista mucho de tener un contexto que permita soñar en el futuro inmediato o mediato en una integración tipo Unión Europea o Estados Unidos de América. El desconocimiento de estos temas es lo que lleva a Barrera a proponer sueños lejanos como posibilidades alcanzables en el corto plazo.
Así las cosas, surgen dos inquietudes. La primera es cuantas de las propuestas de Petro son producto de problemas inventados que solo existen en su mente calenturienta o son producto de una distorsión o exageración de la realidad. Preocupación compartida por figuras prominentes de la política colombiana como De la Calle, quien dicho sea de paso apoyó la candidatura de Petro. De la Calle hizo un llamado a la seriedad y responsabilidad y le pidió a Petro basarse en evidencias. Hay en el gobierno un serio problema de diagnóstico. Un gobierno dedicado a resolver problemas inexistentes o implementando soluciones equivocadas o inadecuadas.
La segunda inquietud es que hay una enorme desubicación de los miembros del gobierno. Están preocupados en resolver los problemas del mundo y de la región, cuando todavía no han hecho nada. Creen que los anuncios o el aprobar leyes equivalen a haber resuelto los grandes problemas de Colombia. El liderazgo mundial y regional a que aspira Petro solo es posible una vez pueda mostrarle al mundo resultados nunca antes vistos en el gerenciamiento de Colombia. Tendrá credibilidad el día que logre la presencia efectiva del estado en todos los rincones del país. Tendrá credibilidad el día que Colombia no tenga violencia, tenga salud, justicia y educación de calidad y este mucho más cerca al selecto club de países desarrollados. Tendrá credibilidad el día que Colombia sea un país híper conectado por tierra, mar y aire y al que los inversionistas se peleen por entrar. Tendrá credibilidad el día que el conocimiento agregue mucho más valor al PIB que las materias primas.
El día que la Colombia real sea la misma que Petro tiene en su cabeza calenturienta, tendrá toda la autoridad y credibilidad del mundo. Mientras tanto, es solo un bufón.