Intervención de la Essmar: “quien muestra el hambre, no come”

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Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


La decisión del Gobierno Nacional de mantener la intervención de la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta-Essmar E.S.P., frustró la expectativa del Gobierno Distrital de recuperar el manejo de esta entidad. Como agente especial para la intervención se designó a Empresas Públicas de Medellín-EPM, entidad con suficiente capacidad y experiencia técnica para coadyuvar en la solución de la crisis que atraviesa la Essmar.

La alcaldesa Virna Johnson, no pudo ocultar su inconformidad, y mediante comunicación oficial solicitó al presidente Gustavo Petro, que cumpla su promesa de campaña de “devolver a la ciudadanía del Magdalena y Santa Marta sus instituciones.” En su comunicación, la Alcaldesa, manifestó que la intervención es producto del bloqueo político del anterior Gobierno Nacional y motivada con falsos conceptos técnicos. Estos argumentos resultan insostenibles ante la evidente mala operación que desde su inicio ha prestado la Essmar, debido a las cuestionables decisiones administrativas y financieras de los gerentes designados por los gobiernos del “Cambio”. 

La Alcaldesa, parece no recordar que en su primer año de operación (2019), la Essmar, cerró con un déficit de $20 mil millones de pesos, el cual, según lo denunció el gerente de turno, fue producto de decisiones sin sustento técnico como la disminución de la tarifa de acueducto y alcantarillado en un 20%, además de los altos costos de funcionamiento. En pocas palabras, la Essmar operaba a perdidas. Este dudoso manejo y el deterioro de la prestación del servicio, constituyeron el fundamento de la intervención por parte de Superservicios. Para ese momento, el déficit de la Essmar, había ascendido los $60.000 millones de pesos. 

Uno de los propósitos de la intervención, fue determinar la real situación de la Essmar. Según comunicado emitido por Superservicios (marzo/2022), la agente especial proyectó para la empresa, “un déficit acumulado por $ 17.193 millones al cierre de la vigencia 2023 por la prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado. Este déficit no incluye las obligaciones pre-toma por cerca de $ 69.800 millones”. Conclusión: la Essmar, “no estaría en capacidad de generar los recursos necesarios para garantizar la prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado como lo establece la regulación en esta materia.” Ante este escenario, se entiende claramente porqué la Superintendencia tomó la decisión de designar una empresa de peso técnico como la EPM, antes que entregarla a manos del incompetente manejo del Distrito.

Razón tuvo la Alcaldesa cuando advirtió en su comunicación al Presidente, que “Todo lo relacionado con la Essmar está vinculado a una larga historia de atropellos, malas decisiones y desaciertos contra la ciudad”, pero no de parte del Gobierno Nacional como pretende hacerlo ver, sino de las mismas administraciones locales. Ante el deficiente manejo de los gobiernos del “Cambio”, ¿qué bloqueo político pudo incidir para hacer inviable a la Essmar?

Más adelante, en su comunicación la alcaldesa afirmó: “Controlada por el Gobierno Nacional, la empresa retrocedió, reaparecieron los rebosamientos de aguas servidas en varios puntos de la ciudad y hay baja calidad en el agua potable”. Los samarios son testigos que los rebosamientos y la escasez del agua no han dado tregua a esta ciudad, desde mucho antes de la intervención. Esto se verificó en informes de la vigilancia especial de Superservicios, donde se encontró que entre los años 2019-2021, de los 46 pozos en los que capta agua la Essmar, 39 no contaban con permiso de explotación vigente otorgado por la autoridad ambiental y no cumplían con los parámetros de cloro residual, turbiedad, color, presencia de bacterias y minerales. Hay quienes sugieren, que gestionar la solución definitiva del agua no es tan rentable para algunos pocos, como mantener los contratos de carrotanques y vehículos Vactor para atender la “conveniente” crisis de los sistemas de acueducto y alcantarillado en la ciudad.

Por último, la Alcaldesa, exhortó al Presidente a cumplirle a sus electores sus compromisos de campaña. ¿Por qué ese mismo criterio de honestidad electoral no lo han aplicado ninguno de los alcaldes del “Cambio”?  Llevan doce años de estudios, estudios, y más na’.

En su desespero por recuperar la Essmar y mantenerla como fortín económico y político, sus más sentidos dolientes olvidaron que,  “quien muestra el hambre, no come”.