Cambio de paradigma...de hacer más a hacer distinto

Columnas de Opinión
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La modificación de nuestros modelos de pensamiento respecto del cambio climático, solo la lograremos si concebimos formas de producción, que a la manera de los ecosistemas naturales, utilicen los desperdicios como insumos para otros procesos y funcionen a partir de la luz solar. De esta manera, imitando el funcionamiento de las fábricas naturales podremos hacer la transición energética para ir adecuando los sistemas industriales -tecnosfera- a la biosfera, nuestra casa común, para no continuar trastocando los grandes ciclos biogeoquímicos y la capacidad regenerativa de la tierra por el exceso de nuestras demandas.

Así lo plantea claramente, el alemán Jorge Riechmann cuando nos habla de los cinco rasgos básicos de nuestra situación actual, de los cuales dos de ellos son los menos conocidos: 1. “hemos “llenado” el mundo, saturándolo en términos de espacio ecológico; y 2. nuestra tecnosfera está mal diseñada, y por eso se halla “en guerra” con la biosfera”.

En efecto, “desde hace decenios, ecólogos como Ramón Margalef y Barry Commoner han propuesto que la economía humana debería imitar la “economía natural” de los ecosistemas. Imitar la naturaleza a la hora de reconstruir los sistemas productivos humanos, con el fin de hacerlos compatibles con la biosfera (…), es el objetivo de lo que conocemos como biomímesis. Desde los años noventa se viene usando el término, dentro de disciplinas como la robótica (…), pero, con un sentido más restringido, estudiando la locomoción de los insectos con vistas a desarrollar robots hexápodos que funcionen correctamente. Sin embargo, la idea ha sido más la de imitación de organismos, o partes de estos, que la imitación de ecosistemas como unidad, que es el objetivo que debemos plantearnos”, afirma Reichmann.

No obstante, ya existen desarrollos muy importantes, adelantados por el psiquiatra colombiano Luis Carlos Restrepo y el teólogo brasilero Leonardo Boff, relacionados con la identificación de los principios del funcionamiento de los ecosistemas naturales como unidad, para trasladarlos, por analogía, a ecosistemas humanos, para su comprensión y reconstrucción. Fue así, como a partir de la Ecología, encontraron que los ecosistemas humanos funcionan de manera análoga a los ecosistemas físicos. En efecto, como la riqueza y el buen funcionamiento de cualquier ecosistema físico depende de la armonía entre sus dos ejes constitutivos diversidad/dependencia, de la misma manera, y por razones de semejanza y similitud, dichos ejes se pueden trasladar a sistemas humanos disímiles como “la pareja”, el “modelo de desarrollo” de una sociedad, o el “ecosistema humano como especie” y cuyo buen funcionamiento depende del manejo equilibrado de dichos ejes, denominados acá, singularidad humana/dependencia afectiva, libertad económica/justicia social” y libertad humana/dimensión del misterio respectivamente.

Contrariamente, constataron que así como se contamina un ecosistema físico, si no se respetan sus principios de diversidad/dependencia, también se contaminan los ecosistemas humanos, si no se armonizan los principios ya reseñados. Es preciso, entonces, equilibrar las acciones de los dos ejes para garantizar la polaridad…que es el sustento del modelo ecológico. Así funciona la naturaleza…así hemos aprendido de ella…algunas cosas…y nos quedan muchísimas otras por comprender, las cuales son el objeto de estudio de la biomímesis, la nueva ciencia que busca desentrañar el funcionamiento de los ecosistemas naturales para aplicarlos, por analogía, a los sistemas industriales. 

De esta forma, “(…) la naturaleza, la única empresa que nunca ha quebrado en unos 4.000 millones de años, nos proporciona el modelo para una economía sustentable y de alta productividad, dado que sus ecosistemas funcionan a base de ciclos cerrados de materia (…) totalmente renovable y autor reproductiva (…), y movidos por la energía del sol, en sus diversas manifestaciones, incluido el viento y las olas”, señala Riechmann. Así desentrañando los principios de funcionamiento de los ecosistemas naturales para trasladarlos a los ecosistemas humanos lograremos reconstruir nuestros sistemas industriales.