La inflación y el dólar se nos tornan hostiles

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


A inicio de este año cuando creíamos que en gran parte superábamos la epidemia de la Covid 19, nunca pensamos que tras ella se escondía un gran virus de mayor contagio que la pandemia que aún azota al mundo, de igual manera este virus azota al mundo de manera más lesiva, sin llegar al ultraje de la integridad humana.

Esta epidemia se ha esparcido en toda nuestra urbe sin que pudiéramos encontrar una vacuna que la pudiera remediar. La pandemia nos ha dejado como legado los imparables aumentos de los precios y muy poca en los aumentos de salarios, los que nos trae consecuencias aún más funestas.

Cuando la década de los años 70 estaba por culminar su primer lustro, el economista Irving S. Friedman mediante un libro que tituló: La inflación desastre mundial, en el cual explora que las esperanzas y la demandas de la sociedad modernas están arruinando su capacidad de producción, lo que deja como resultado que nos encontramos trasformando el equilibrio de la vida económica, además agrega, que muchos de nuestro problemas sociales, como la decadencia urbana y el crecimiento del crimen, se intensifican con los efectos de la persistente inflación.

En nuestro país la inflación se ha venido incrementando a ritmo de progresión aritmética, lo que sigue empobreciendo a los ciudadanos de a pie, pues la canasta familiar cada día aumenta de precio de manera infrenable.

En el mes de marzo del 2020, según el Dane el índice de precios al consumidor tuvo una variación del 1%, es decir casi el doble del registro del año 2021 que se ubicó en 0,51%

En lo que va del año la inflación anualizada, en marzo se sitúa en el 8,53% es decir más del quíntuple del que registró en marzo del pasado año. Los resultados nos están advirtiendo que se debe adoptar medidas eficaces para resolver el problema de la inflación persistente, antes que ocurran perjuicios intolerables en grandes sectores de la población.

El país ya comenzó a sentir los estragos de los aumentos de precios, lo que ha ocasionado grandes daños, de manera que muy pronto se debe adoptar medidas que frenen este monstruo que no se detiene en lastimar la economía nacional y mucho menos los bolsillos de los colombianos. Mientras más pronta se aprecie la seriedad del problema, será mucho menos el daño que nos ha de causar la inflación.

La depreciación de nuestro peso con respecto al dólar es un tema relevante que está causando inseguridad en la sociedad, especialmente porque esta semana el precio de la moneda norteamericana sobrepasó los 4.600 pesos cuando a principio de mes no se acercaba a los 4.200 pesos. Al parecer el cambio de gobierno podía ser unos de las razones que obliga a los capitalistas a la compra masiva de dólares, de igual manera logra a maximizar la demanda y exagerar el valor de la moneda.

Lógicamente los capitalistas buscan algo más que defender el poder adquisitivo de sus inversiones, y pueden buscar activos que tengan probabilidad se subir más que los niveles generales de los precios. Debido la intensa demanda de la compra del dólar, el capital parece estar tomado camino para huir del país, como ha ocurrido en Venezuela, Brasil, Chile, Perú.

El precio del dólar se ha agigantado tanto, que el nuevo gobierno deberá aplicar serias medidas restrictivas sin que llegue a destruir la prosperidad nacional, para que esta moneda no se nos torne de manera supremamente hostil.

Al acercarse este fin de semana su precio se inclinó severamente a baja, pero esta nuestra de declive no nos impide que examinemos con cautela los pasos a seguir y tratar de evitar que una amarga experiencia sea la única maestra eficaz.