Se está aclarando el homicidio del fiscal Pecci

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


Desde hace más de cinco lustros en nuestro país hablamos periódicamente, sino constantemente, de la justicia y con más precisión de la crisis que la agobia.
Nos consta que casi no opera, que es lenta, paquidérmica, enclenque y supremamente débil, sin embargo, en el caso del fiscal paraguayo Marcelo Pecci recientemente asesinado en la isla de Barú, cuando gozaba de su luna de miel, la justicia ha demostrado que sí es competente para aplicar justicia de manera pronta. El hecho despertó también el valor civil de los ciudadanos colombianos testigos del caso, quienes colaboraron para la aclaración del crimen, pidiendo que conservara en la clandestinidad sus nombres  

Es notable que en este caso la justicia ha actuado sin dar tregua a la delincuencia organizada, en pocos días ha logrado esclarecer casi la totalidad de este magnicidio. .

Al parecer el asesinato del fiscal Pecci se planeó desde el día de su boda, periodistas de su país venían en el mismo vuelo que condujo a los recién casado hasta Cartagena.

Con la gran habilidad que la justicia actuó, es fácil concluir que el derecho penal debe avanzar al mismo ritmo o con mayor aceleración que el crimen. Es más fácil aún dibujar en el aire algunos de los remedios para combatir la delincuencia en el país y mucho más. Nos sentimos orgulloso de la hazaña que hasta ahora se logrado con el asesinato del fiscal Pecci. Pero en realidad no solamente es pensar que todo puede ser mejor, que la aplicación de unos tímidos remedios concluirá con el objetivo principal sin que del otro lado de la moneda una sonrisa sarcástica ya tenga vía de escape.   

Se necesitan medidas radicales, fuertes, coherentes directas, encaminadas a la fuente misma del crimen y a la desestabilización de las organizaciones delincuenciales sin dejar de lado postulados jurídicos de recibo en defensa de las garantías procesales y los derechos humanos procesados en las organizaciones criminales.  

¿Si las organizaciones criminales rebasan el límite de la tolerancia de la sociedad, por qué la justicia no puede tolerar las organizaciones criminales y combatirla con la mayor cantidad posible de armas?  

Debido al trabajo oportuno de la Fiscalía Nacional por el asesinato del fiscal antimafia de Paraguay, nos hemos ganado la sonrisa su presidente Mario Abdo que agradeció a las autoridades colombianas por las labores de la Fiscalía y la Policía Nacional por la capturade cinco personas que, ya se han allanado su vinculación en el asesinato del fiscal paraguayo.  

A nivel americano o también mundial y como la lógica así lo ordena, la criminalidad organizada no puede seguir haciendo de cada uno de los mortales de este planeta el sujeto pasivo de sus fechorías, y el Estado, no puede permitir que impunemente siga siendo considerado como un ente impotente ante la avanzada de la delincuencia organizada.

Que nuestra justicia siga aplicando y alimentado día a día las habilidades de nuestra fiscalía y cada día se encuentre más cerca de combatir la delincuencia que hasta ahora tiene al país entre las cuerdas.  



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