Desmontar estatuas retirar galardones

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Es innegable que la retocada historia oficial de nuestro país, Colombia, narrada y escrita por criollos que se creen aún con linaje real español, han dejado impresa en la conciencia de los ciudadanos, el más abominable recuerdo que la sangrienta barbarie orquestadas por extranjeros, especialmente los españoles que en el pasado colonizaron, estigmatizaron  y arrodillaron a todo una población de nativos con actos barbaros e inhumanos, que aún están grabados en la memoria de los colombianos. Estadísticas recientes cuentan que Colon, Cortez, Pizarro y demás protagonistas de la conquista o colonia, torturaron y asesinaron a más de sesenta millones de nuestros indefensos nativos. A estos reconocidos personajes, de mentes retorcidas, salvajes y enfermas que doblegaron la voluntad y el pensamiento de los antepasados aborígenes y que en la actualidad honorables dirigentes políticos han rendido pleitesía, culto y homenaje por muchos años.

No podemos seguir siendo participes de esta masacre de lágrimas y dolor de nuestros ancestros; es más, si tenemos dignidad, autoestima y sentido de pertenencia, todos al unísono,  deberíamos unificar esfuerzo y diseñar un plan estratégico que motive e impulse  a nuestros legisladores a acabar con esa cultura de seguir empotrando estatuas desde el pretérito; sino, lo más importante prohibir que se siga haciendo apología a la crueldad, la maldad y la perversidad de determinados caciques políticos enmarcados en el contexto moderno y que han degradado el valor de la democracia, el sentir de un pueblo y los derechos humanos.

Como consecuencia de esta garrafal y repudiable tradición de erigir a personas con un perverso historial; todos, absolutamente todos sin excepción: Académicos, estudiantes y comunidades en general, debemos emprender un firme reto consistente en crear opinión articulada a cambiar el nombre de nuestro país; partiendo del hecho que hace honor al más sanguinario de los conquistadores, Cristóbal Colon, un pirata mercenario extranjero al servicio de la corona española, con Fernando VII e Isabel, invasor, esclavista, violador, genocida …

No es altruista construir estatuas y entregar premios nobel, con decoraciones a nefastas personas por pseudos procesos fallidos o solo por el simple hecho de cumplir sus funciones. Rendir cultos a estatuas es abominable, hacer apología a la barbarie; reconocimiento o galardones que se ordenan entregar a la ligera, sin que existan los suficientes méritos. Son estatuas de medio o cuerpo completo con las que los colombianos no nos identificamos. Preguntamos sobre el balance, los españoles se llevaron más de lo que aportaron. España en ese plan macabro de colonizar, envió lo peor de lo peor.

¿Por qué los aborígenes tienen esa actitud actual? Interpreto la reacción de ellos es ante el despojo de todo; sus tierras, bienes, oro. Esta reacción debe ser bien analizada en la actualidad.

Aquí ya existían civilizaciones que fueron diezmadas, por el imperio español; no fueron descubiertas fueron saqueadas para satisfacer intereses económicos del imperio colonizador que estaba en bancarrota.

Las estatuas son el rostro del colonialismo que estimula animadversión    en el momento. Cada 12 de octubre, no debemos celebrar el inicio de esa fatídica colonización, si reflexionar y bastante para que cada día unidos con mejores propósitos seamos autónomos y crezcamos. Siendo aún Colombia un país saqueado, seguimos siendo ricos; la naturaleza nos dotó de muchos y maravillosos recursos.