Fin de la pobreza

Columnas de Opinión
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En una anterior columna, que titule “Desarrollo sostenible de modo incluyente y eficiente”, amén de esbozar algunas puntuales consideraciones de orden general sobre tan especial particular, asomaba igualmente la preocupación que me asiste y embarga, lo que debería ser una prioridad para todos y cada uno de los habitantes del planeta tierra, sin más dilaciones y con manifiesto y actuante, encarar con prisa y sin pausa todo cuanto a concierne a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Empiezo en tal itinerario por referirme a trabajar todos en el primer objetivo de ellos, cual es el de ponerle fin a la pobreza, problema que va más allá de la falta de dinero, ya que traduce no poder las personas acceder a alimentación adecuada y servicios básicos tales como salud, educación y vivienda, entre otros; de  ahí que debamos entender su alto grado de afectación, como nos lo demuestra el hecho que en la población mundial, una de cada diez personas viva en situación de pobreza, siendo un dificultad que aflige con mayor dureza a unas regiones más que otras, donde llega a alcanzar alrededor del 50% de su población. Se considera que una persona vive por debajo del umbral de la pobreza cuando subsiste con menos de dos dólares; y en pobreza extrema, cuando no alcanza un dólar con cincuenta por día. Lo que debe alcanzarles para alimentación, pago de facturas y atender los demás asuntos que un hogar demanda, lo que marca imposibilidad a todas luces.

La pobreza está relacionada, como ya anotábamos, a la falta de acceso a servicios básicos, indispensables para garantizar una vida digna. Niños y jóvenes que reciben una educación pública gratuita y de calidad, podrán desarrollarse sin inconvenientes mayores, facilitar sus vidas y permitirse en lo posible ser autónomos, lo mismo que poder contribuir con sus impuestos a crear unos servicios e infraestructuras de calidad en su territorio. De igual manera, si los gobiernos cuentan con los recursos necesarios para ofrecer un buen sistema de salud pública, la población será menos vulnerable a enfermedades, efectos de emergencias o catástrofes naturales. Se impone que hagamos conciencia sobre esa perversa situación de millones de personas y hacer un llamamiento a los gobiernos para que se involucren de lleno en el combate a fondo contra la pobreza y así poder hacer frente a los grandes retos comunes en todo el planeta, en el que erradicar la pobreza debe constituirse en un todo esencial.

Todos y cada uno de dichos objetivos están relacionados estrechamente entre sí. Sin embargo, trabajar y avanzar en poner fin a la pobreza sigue siendo el principal, por ser sin duda alguna la base de otros muchos problemas. Además de dificultar el acceso a la educación o a una vivienda digna, la pobreza provoca situaciones de hambre, desnutrición y malnutrición que inciden negativa y principalmente en el desarrollo de los menores poniendo en peligro su futuro, además de ser normalmente víctimas de discriminación y exclusión social, quedando aislada del resto de la sociedad, lo que agrava su situación personal. Y si bien la tasa de pobreza antes de la pandemia se había visto reducida,  hoy está en aumento, lo que impone y obliga mayores acciones, pues por mucho que hagamos en este propósito nunca va a ser suficiente hasta no verla erradicada o al menos reducida de manera significativa, lo que es de suyo complejo, toda vez que con la tendencia de crecimiento de la población mundial, cada vez habrá más personas pobres.

Otro aspecto a tener en cuenta es que así como la pobreza va más allá de los ingresos económicos, erradicarla no es solo cuestión de dinero, lo que determina, entre otras consideraciones pertinentes,  poner fin a las guerras y conflictos armados, promover políticas equitativas e igualitarias que den oportunidades a los más desfavorecidos de la fortuna, hacer un más sostenible uso de los recursos naturales, así como empoderar a las mujeres para aumentar su autonomía y puedan aportar, cimentar y construir una mejor como más justa y libre sociedad para todos; en la esencia que la sostenibilidad es el desarrollo que satisface la necesidad del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.