Digitalización del mundo……una impresionanteprofundización del extractivismo

Columnas de Opinión
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Así lo afirma categóricamente la ensayista, periodista y pensadora canadiense Nahomí Klein en un revelador artículo para The intercept, una plataforma periodística electrónica dedicada a responsabilizar a los poderosos, a través del periodismo agresivo y valiente.

Por un lado, porque la extensión de internet implica un aumento exponencial del consumo de energía y materiales críticos, especialmente minerales escasos, como el coltán, por ejemplo. Y los recursos de la tierra son limitados, pues en un “mundo lleno”, como el actual, afirma el ensayista, filósofo, ecologista y doctor en ciencias políticas español, Jorge Reichman, es decir, cuando se ha llenado y saturado ecológicamente el mundo, han de cambiarse las reglas del juego.

“En el «mundo vacío» de los comienzos de la industrialización, donde el factor trabajo escaseaba y el factor naturaleza abundaba, tenía sentido concentrarse en la productividad humana; en un «mundo lleno» en términos ecológicos, donde la situación es inversa (el factor trabajo abunda y el factor naturaleza escasea), hay que invertir en protección y restauración de la naturaleza, así como buscar incrementos radicales de la productividad con que la empleamos”.

En efecto, continúa afirmando KLEIN, “Internet no es una nube inmaterial (…) sino que tiene como meta alcanzar hasta el último rincón del suelo y el cielo (…) y la economía digital no está desacoplada de los impactos ecológicos (…) todos nuestros dispositivos necesitan utilizar materiales y energías para construirse, distribuirse y eventualmente desecharse. La fase digital del capitalismo industrial implica un aumento de las emisiones de efecto invernadero –si Internet fuera un país sería el sexto más emisor del mundo y consumiría tanta energía como Rusia– y una destrucción ecológica ampliada”.

“Hoy las grandes multinacionales del capitalismo tecnológico, con la inestimable cooperación de gobiernos de todo el globo, nos pretenden hacer creer que nuestra única alternativa es abrazar el proyecto de digitalización total del mundo (…) ¿no es acaso una locura jugarnos todo a la carta de unas tecnologías con requerimientos de energía y materiales que exceden lo que el planeta Tierra da de sí? ¿No estaremos limitando aún más nuestras posibilidades de reorientar nuestras sociedades (…) si abrazamos de manera acrítica la instalación de un mundo sin contacto?, señala la pensadora canadiense.

Pero, “digitalización y transición ecosocial son proyectos de naturaleza antagónica”, afirma Klein. En efecto, el proyecto ecosocial propende por la economía de proximidad, economías locales que no pretendan vender productos a todo el mundo, como las multinacionales tecnológicas, sino satisfacer mercados más pequeños, lo cual disminuye los impactos ecológicos de las emisiones de Carbono y de transporte de productos. Pues la masificación de la producción requiere de tecnología 5G, piedra angular de este avance tecnológico, la que a su vez demanda, para su funcionamiento, materiales y materia prima ya limitados en el planeta.

El proyecto ecosocial se sustenta en la nueva ciencia de la biomímesis, la cual busca entender cómo funciona la naturaleza…para luego hacerlo extensivo a los ecosistemas humanos, la denominada tecnosfera. Por ejemplo, un bosque es una fábrica natural que produce agua, oxígeno y nutrientes, y lo hace sin producir desperdicios…. Entonces la biomímesis busca que las fábricas humanas funcionen con base en estos principios que subyacen en las fábricas naturales, con el fin de disminuir el impacto ambiental, y garantizar la plena sostenibilidad del planeta.

Confiamos que estos temas se debatan a profundidad, en Glasgow, Escocia sede de la próxima cumbre mundial de cambio climático, donde se decidirá el rumbo de nuestra civilización.