Santa Marta y sus costosos percances

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


Después de su inexcusable evasión al debate del pasado 20 de octubre, Jonathan Nieto, Gerente de Infraestructura Distrital, finalmente asistió a la nueva cita convocada por el Concejo de la ciudad con el fin de tratar uno de los temas que, mayor inconformidad despierta en los samarios: las obras inconclusas, resultado de las deficientes gestiones de los últimos gobiernos de la ciudad.

El debate, liderado por el concejal Juan Carlos Palacio, se desarrolló en medio de un clima tenso, dado el fuerte reclamo de este, por el aparente despilfarro de recursos públicos en las obras cuestionadas. En su pronunciamiento, el Concejal Palacio, recalcó acerca de la existencia de alrededor de 15 o 17 obras sin terminar, en las cuales se han invertido $160 mil millones, cifra que supera de lejos la inversión por las que dichas obras fueron contratadas.

Ante el reclamo de Palacio, el Gerente Nieto, respondió: “aquí no hay obras inconclusas”, según él, lo que estas han sufrido son algunos “percances”. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), percance, significa: Contratiempo, daño, perjuicio, imprevistos. Es decir, dicho sustantivo se asocia a eventos inesperados que deben ser la excepción de una actividad y no la regla general, sin embargo, este no es el caso de las obras cuestionadas. Al Gerente Nieto, es necesario informarle que, en contratación pública, el termino “percance” no cabe, puesto que uno de los principios rectores de ésta, es la Planeación, necesario para hacer efectivo a su vez, el principio de Economía, previsto en la Constitución Política de 1991 y la Ley 80 de 1993.

Lo que Nieto, pretende desvirtuar mediante el eufemismo “percance”, en el resto del mundo se le considera como defectuosa planeación, deficiente gestión, falta de control, pésima interventoría y malas prácticas de contratación. Resulta insultante para el Concejo Distrital y para los samarios en general que la Administración Distrital, intente reducir a simples percances, el nefasto resultado de obras como la Megabiblioteca, que registra un retraso de 4 años, con adiciones que suman $29.830.689.262, o el estadio Sierra Nevada, contratado por $52.449.607.914, pero que lleva 3 años en espera para ser entregado, con adiciones cercanas a los $16 mil millones.

Otra de las obras cuestionadas por Palacio, fueron los pozos de agua, contratados el año anterior (inversión de $ 2.634 millones). Al respecto, manifestó: “tienen una capacidad de uno, dos y hasta máximo tres litros por segundo [...] “Quiere decir, para que me entienda el samario, que no sirven para un carajo”. Nieto, le respondió: “cualquier litro de agua es bienvenida en Santa Marta”. Es decir, según criterio de Nieto, se justifica que la ciudad pague irracionalmente cualquier costo por cada litro de agua que llegue a los hogares.

Con su respuesta, Nieto, no hace más que confirmar el poco respeto que por Santa Marta, tienen algunos funcionarios, desconectados del padecimiento y las necesidades de las comunidades. Asimismo -y muy grave por cierto-, deja claro lo poco que le importan las eventuales actuaciones de los órganos de control y sistema de justicia, frente a los resultados de las obras cuestionadas. Esto quedó demostrado con la inútil presencia del Contralor Distrital en dicho debate.

Al parecer, la estrategia de “los de ahora” para defender su siniestra etapa en el poder, es tratar de imponer una nueva narrativa frente a la realidad que atropella a la ciudad. Los que se suponía se convertirían en la nueva estirpe de la política local, posando como los adalides de la moralidad, la ejecutoria y la eficiencia pública, terminaron con su ineptitud por convertirse, en los verdugos de un pueblo que apostó por ellos no una, sino tres veces.
Ya estuvo bueno de discursos, de poses y encuestas. Santa Marta, necesita nuevos y genuinos liderazgos, que sumen, articulen, pero sobre todo, la respeten. La tarea en adelante, es dejar las pasiones a un lado y votar sobre la base de propuestas serias y experiencias sólidas.