Reflexión, hasta ahora, ¿qué nos ha dejado la pandemia?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Abel Portacio Sarmiento

Abel Portacio Sarmiento

Columna: Opinión

e-mail: portacioabel55@hotmail.com



La pandemia como toda obra literaria de carácter moralizante, connota muchas realidades y enseñanzas en el paso a paso del ser humano en esta sociedad compleja y globalizada. Por eso este servidor afirma que la pandemia o Coronavirus se convirtió en un mal necesario. Aparte de las desgracias humanas, situaciones caóticas y desequilibrio social, esta pandemia dejó grandes enseñanzas y realidades nunca antes vistas y reconocidas en la sociedad.

Por ejemplo, en el sector educativo se consiguieron muchos logros significativos como la implementación del campo digital por parte de los docentes para seguir realizando las clases en el marco de la pandemia; la consolidación del gran apoyo de los padres de familias a sus hijos en el proceso educativo; la determinación de muchos padres en participar en vivo en la adquisición y/o renovación del conocimiento que habían logrado en décadas, para coadyuvar en el proceso educativo de sus hijos; las instituciones educativas a través de los docentes y directivos docentes prepararon planes o estrategias específicas para continuar realizando con eficacia el quehacer pedagógico en el contexto de la pandemia.

Entre estas estrategias están: Los encuentros sincrónicos mediante poderosas plataformas digitales como Zoom, Meet, Team entre otras; Los encuentros asincrónicos como Whatsapp mediante la utilización de videos y audios que permiten enriquecer las clases virtuales; otra estrategia no menos importante es la de elaboración de guías metodológicas y módulos virtuales que contienen de manera sistemática y efectiva las actividades y talleres basados en los estándares, D.B.A y las competencias respectivas de cada grado.

En el plano social, se logró la unidad familiar, es decir, todos los integrantes del clan familiar se lograron reunir en el seno del hogar (aunque fue por fuerza mayor), enriqueciendo y fortaleciendo las relaciones intra- familiares. Pero como todo no es gloria, esta terrible pandemia ha arruinado el renglón de la economía local, nacional y mundial. Y a su vez ha generado otros grandes problemas sociales como la falta de alimentos, la falta de recursos de muchas familias (especialmente aquellas personas que sobreviven de la informalidad), la inseguridad, la inestabilidad emocional y psicológica de algunas personas entre otras.
Igualmente, muchos sueños y proyectos de miles de personas quedaron truncados por este terrible mal.

También en el plano afectivo y emocional se despertaron sentimientos como la sensibilidad y la tolerancia. Muchas personas y familias entendieron y reconocieron la necesidad y el dolor ajeno, mostrando su afecto y colaboración a las personas y familias afectadas grandemente por esta pandemia; pero, también es cierto que muchas personas ignoraron la situación calamitosa de amigos y extraños permaneciendo sordos y ciegos ante las necesidades del otro.
En síntesis, la gran enseñanza que deja esta pandemia, es que ninguno de los sectores de la sociedad estaba preparados para atender con seguridad y eficacia este tipo de emergencias.

Creo que la lección quedó aprendida (como lo dice una vieja canción). Solo queda un gran compromiso por parte de las autoridades gubernamentales y no gubernamentales, seguir preparándose para que un futuro, no lo quiera Dios, nos tome por sorpresa otro evento calamitoso como el que estamos viviendo.