“El hambre se va, pero regresa”

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


La determinación que ha tomado el presidente Duque es mantener por dos semanas más el cautiverio hogareño, ojalá esta osadía sea inequívoca y comience a disminuir el número de infectados y el porcentaje de muertos.

La decisión presidencial es acorazar la vida del ciudadano colombiano respecto al virus que hoy tiene enfermo al planeta, eso es muy cierto, pero tampoco es menos cierto, que se torna de manera lesiva al futuro financiero del país. El comercio se ha mantenido cerrado por más de un mes y lo prorrogan por dos semanas más, irremediablemente los negocios sufren un colapso irrecuperable y si en poco tiempo no se llega encontrar un método que pueda frenar de una vez por toda este mortal virus, terminará por eclipsar el bolsillos de la población colombiana.

Debido al largo encierro la desnutrición o la insuficiencia alimentaria se muestra de manera ofensiva, en mi Guajira dicen que “ el hambre se va, pero regresa” y la falta de este equilibrio nutricional generaliza toda clase de enfermedades, por ejemplo, la anemia que se puede convertir en leucemia y además el hambre agrada toda clase de enfermedades, específicamente de estado carencial que se nota más en el proletariado y en el campesinado debido al poco alcance de sus bolsillos, desgraciadamente en nuestros campos aún se trabaja de manera primitiva lo que significa que el azadón, el machete y la pala son los elementos más usuales para el campesino que por la integridad de su rudo trabajo debe conservar figura herculina, por eso no debe faltarle un mínimo vital de proteínas, sin embargo, el auxilio proporcionado es inexistente.

Los decretos que se han emitido en busca de un mejoramiento de vida para la población colombiana han privado al ciudadano de la vida social y se ha olvidado de la actividad turística que con prontitud genera un dinero que se le puede llamar divisa.

Debido al cierre de los aeropuertos y los puertos marítimos, el turismo que jamás ha dejado de genera grandes divisas, ahora que el mundo turístico aprendió a disfrutar del encanto marino y ha implantado la moda de conocer los desiertos, salinas, los vientos huracanados, olvidándose del frio invernal norteño, y cambiarlo por el verano de nuestro candente sol. A pesar de las incomodidades de las vías sinuosas y polvorientos caminos, el turista acepta el gran desafío de la naturaleza y desplaza a la zona más septentrional de este continente suramericano. Por la decisión estatal esta bendición que Dios ha dado a la guajira se encuentra inválido y casi presto a desaparecer. A nivel los hoteles, restaurantes, toda clase de mercados y actividad comercial se encuentran en la orfandad económica y piden a grito que, para el once de mayo, se pueda llegar a la normalidad.

Italia el país más afectado por este Covid -19, dio una noticia bastante alentadora al mundo, manifestó que por primera vez que el número de infectados se tornó inferior a los que superaron la enfermedad. Rogámosle a Dios que esta tarea siga en progreso, porque seguir multiplicándose el número de muertos, no creo que el diablo tenga tenaza para recibir tantas alma. Será el remedio peor que la enfermedad