¿Quién responde por el déficit de la Essmar?

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Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


Sucedió lo inevitable. Ante la crisis financiera que atraviesa la Essmar, el Gerente José Dajud ordenó el aumento escalonado – entre el 29% y el 30%- de la tarifa de agua en la ciudad.
Este incremento que en nada compensa la calidad y la frecuencia del servicio para los hogares, se hace necesario según Dajud, porque “[…] el cálculo tarifario que se hizo en el pasado no tuvo las condiciones acordes a la situación real de la Empresa (Essmar) y de ahí la descompensación que se tiene”.
Aunque Dajud, desde un principio ha expuesto ante la opinión pública las razones que han dado lugar a esta medida, esto no ha sido suficiente para calmar el malestar de la ciudadanía que, por un lado sufre un golpe a su bolsillo por cuenta del aumento de la tarifa del servicio de acueducto y alcantarillado, y por el otro, resiente el engaño y la manipulación del que ha sido objeto, por parte los autodenominados “los de ahora”, quienes desde hace 8 años abanderaron políticamente la problemática del agua, sin tener hasta el momento un avance significativo o resultado efectivo en la gestión de la misma.

Los de “ahora” se posicionaron con la estrategia de señalar a sus contrincantes políticos de “ustedes son corruptos, yo no”. Esto lo fundamentaron en la baja gestión y las malas conductas que han galopado históricamente sobre el manejo de los recursos públicos de la ciudad. Aunque, esta aseveración tiene mucho de cierto, pues Santa Marta desafortunadamente no ha sido ajena a las prácticas corruptas que, parecen ser más el sistema que la excepción en este país; no es justo tampoco afirmar de manera absolutista que, quienes los antecedieron no hicieron nada por la misma. Con todo y sus deficiencias, por cuenta de quienes despectivamente fueron señalados como los de “antes”, la ciudad fue objeto de importantes gestiones que dieron lugar al impulso de su oferta de servicios urbanos, las cuales al día de hoy, sustentan gran parte su funcionalidad. Proyectos como el Plan Vial del Norte y la Recuperación del Centro Histórico, son algunas de dichas iniciativas que, pese a ser estratégicas, desafortunadamente no impactaron en todo su potencial el desarrollo urbano de la ciudad, debido a que han sido subestimados por los de “ahora” en su gestión.

Bajo el entendido, de que los de “ahora” se promovieron como la alternativa política para la gestión más eficiente de las soluciones a las problemáticas de ciudad, estos anunciaron entre otras medidas, la creación de la Essmar, con el argumento de “recuperar lo público”. Lo que en teoría era una decisión válida, en la práctica ha arrojado resultados cuestionables, pues a menos de un año, dicha empresa opera a perdidas por cuenta de un déficit de 21 mil millones de pesos.

Más allá de evidenciar la caída del discurso de superioridad moral y administrativa en el manejo de lo público por parte de los de “ahora”, lo que la ciudadanía no puede perder de vista, es la necesidad de exigir a entes de control y sistema de justicia que, en este caso específico, se nos respondan los siguientes interrogantes: ¿Qué estudio técnico soportó el cálculo tarifario –reducción del 20%- del que habla Dajud? ¿Quiénes lo elaboraron? ¿Qué autoridades lo aprobaron? ¿Hubo o no, conductas punibles en la toma de estas decisiones? ¿Qué responsabilidades les caben a los funcionarios que tomaron dichas decisiones?
Es inadmisible que, luego de ponerse en conocimiento público la situación de la Essmar, ningún ente de control haya hecho un pronunciamiento oficial sobre la apertura de investigaciones al respecto. Es que acaso no merecemos los samarios saber con certeza ¿Quién es el responsable de la crisis de la Essmar?


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