Derecho a la salud y a la vejez digna

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Escrito por:

Paloma Valencia Laserna

Paloma Valencia Laserna

Columna: Opinión

e-mail: palomasenadora@gmail.com

Los colombianos tenemos una extraña concepción de la ley. Pretendemos que una norma cambie el mundo. Nuestras leyes se interpretan como una previsión sobre cómo debe ser el mundo. Tal vez por ello hay tanta divergencia entre lo que dicen las normas y las realidades en las que vivimos.

Los sistemas normativos modernos entienden que el ciudadano es libre, y la norma, lo único que puede hacer es tratar de incentivar una conducta o por el contrario imponer presiones o penas que la alejen. Pero el mundo es como es, y las normas deben tratar de regular el universo completo.

El caso de la contratación por horas es una muestra del asunto. En Colombia existe la contratación por horas, usted y yo contratamos la instalación de una lavadora, o el arreglo de un grifo. Sin embargo, esa contratación no incluye la seguridad social. No se permite cotizar a seguridad social si usted trabaja por horas. Lo mínimo sobre lo que puede cotizar es el salario mínimo, es decir la jornada laboral completa por semanas o meses.

La seguridad social es la cotización a la salud, el ahorro pensional y los riesgos laborales. El 44% de los trabajadores colombianos gana menos de un salario mínimo, y ese 44% no tiene derecho a participar en el sistema de seguridad social. Si quisiera ahorrar algo para su pensión, solo puede hacerlo suponiendo que gana el mínimo y por lo tanto, cotizando por encima de sus ingresos, lo que es imposible. Si quiere un seguro de riesgos laborales tampoco puede hacerlo sobre lo que gana, sino sobre el salario mínimo. Es decir, los colombianos más pobres, si quisieran empezar a ahorrar para su pensión, tienen que cotizar como si ganaran un salario mínimo que no ganan.

La discusión entonces no es si el salario es suficiente, no se trata de si todos deberían ganar al menos el salario mínimo. Claro que quisiéramos que todos ganen al menos ese salario, ojalá más. La cuestión no es esa. El asunto es que casi la mitad de la población trabajadora de Colombia gana menos de un de un mínimo y hoy está excluida de poder ahorrar para su pensión o para tener un seguro de riesgos laborales.

Si usted gana menos de un salario mínimo no tiene derecho a ahorrar para su pensión ni tiene derecho a que las aseguradoras de riesgos profesionales lo cubran.

El asunto tiene una implicación aún más significativa; las plataformas digitales. Las actuales aplicaciones de transporte, o la domiciliaria como Rappi con 85 mil afiliados, o la de viajes como Airbnb son plataformas que prestan servicios con personas que no tienen seguridad social. Podrían afiliarse como independientes pero estarían obligados a cotizar sobre el salario mínimo. Lo lógico en ese caso es que parte del pago que hacen los usuarios una porción vaya a los riesgos laborales, al ahorro pensional y a la salud.

Si el sistema pensional no se cambia, en el año 2050 el 60% de la población colombiana en edad para pensionarse no recibirá ningún ingreso, y el sistema de salud seguirá sosteniéndose por el 48% del régimen contributivo, y el resto deberá seguir siendo subsidiado.

Este es un país con 22,6 millones de trabajadores donde el 47% es informal, el 63% no cotiza pensión, y el 58% no hace parte del régimen contributivo de salud. No puede seguir el país construyendo leyes solo para el 63% que es formal.

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