Turismo: ¿fuente de riqueza o deterioro?

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Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


Santa Marta, ha sido testigo de la llegada masiva de turistas durante la temporada que acaba de terminar. Según reporte del Director Ejecutivo de Cotelco, Omar García, la ciudad superó la meta de ocupación proyectada del 97%.
Esto sin embargo no necesariamente se capitalizó en ganancias para el sector turístico, pues estos reportaron pérdidas debido a las fallas en la prestación del servicio de energía eléctrica en la zona de mayor afluencia de turistas. Las afectaciones de los hoteleros no fueron las únicas que se generaron, pues por cuenta de otros aspectos la ciudad tuvo que padecer los efectos de una actividad que refleja la debilidad de su planeación turística desde lo estructural hasta lo coyuntural. Para empezar, Santa Marta tiene una profunda deficiencia en la plataforma de servicios públicos en general, y si bien en esta temporada los sistemas de acueducto y alcantarillado no colapsaron como de costumbre, lo cierto es que la baja cobertura y calidad de estos son limitantes básicas del desarrollo y competitividad turística, tanto desde el punto de vista de infraestructura como de la prestación de servicios. Sumado a lo anterior, está la tradicional improvisación en el desarrollo de la actividad a falta de una política pública que oriente en el mediano y largo plazo, la inversión y ejecución en programas y proyectos encaminados a la promoción, competitividad y sostenibilidad del destino. Aunque se diseñan permanentemente acciones para aumentar la llegada de turistas y “conquistar los mercados nacional e internacional”, no se ha logrado a partir de las potencialidades del territorio, consolidar una estrategia sólida que permita fortalecer la competitividad en segmentos turísticos específicos. En este orden, la inversión pública no ha sido coherente con la oferta que se promueve. Mientras la ciudad se promociona el destino de sol y playa, en el área urbana la apariencia de esta oferta es lamentable. Si nos vamos al segmento ecoturístico -uno de los que consideramos de mayor fortaleza-, nos encontramos con una ciudad que no ejerce autoridad sobre su territorio más estratégico: el Parque Tayrona. En casos como el del corregimiento de Minca, donde tiene autoridad, reina el descontrol. Esto último se ha evidenciado con la irracionalidad de la explotación turística en las últimas temporadas, a riesgo de convertirse este sector en una catástrofe ambiental y social difícil de recuperar. Otro de los aspectos que pasaron factura a la ciudad por su deficiente planeación turística fue el de la movilidad, que en este caso debería llamarse parálisis del tráfico. Durante la temporada, los ciudadanos y visitantes tuvimos que soportar insufribles trancones, que prácticamente se volvieron parte del paisaje urbano. Estas congestiones se agudizan en temporada alta, pero cotidianamente no dejan de ser un problema para los residentes locales. Una de las razones de esto es la deficiencia de la conectividad vial, la ineficiencia en el sistema de transporte urbano y el aumento del parque automotor particular. Inevitablemente sobreviene el colapso, al levantarse por parte de la Alcaldía Distrital las medidas de pico y placa, así como el cierre de algunas vías fundamentales para la movilidad. La cereza de este caótico pastel la pone la informalidad. Pese a los operativos realizados por parte de las autoridades locales, la desbordada presencia de vendedores informales se impuso en la oferta de servicios, a tal punto que el emprendimiento formal de los operadores turísticos se ha visto desplazado por la imposibilidad de competir frente a los precios y volumen de “ofertas”, en muchos casos piratas. El turismo es una actividad que bien desarrollada puede ofrecer muchos beneficios para el desarrollo socioeconómico de los territorios, y si bien esa es nuestra vocación, es oportuno que como ciudad analicemos ¿Cuál es el tipo de destino en que aspiramos a convertirnos? ¿Cuál es el turista, segmento y mercado objetivo? ¿Impacta el turismo nuestra economía cómo esperamos? Es el turismo para nuestro territorio una fuente de riqueza o deterioro?