Fernando VII

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Carlos Bustamante Barros

Carlos Bustamante Barros

Columna: Columna Caribeña

e-mail: cm-bustamante@hotmail.com



Revisando un poco el amplio y oscilante devenir de nuestro pasado histórico encontramos que el rey español, Fernando VII, fue quien ordenó al general Pablo Morillo y a su tropa de diez mil hombres surcar los mares para llegar al nuevo Reino de Granada con la misión específica de reconquistar a sangre y fuego los territorios sublevados contra la monarquía española en el año 1816, tarea ambiciosa esta que tuvo éxitos al principio de la cruenta reconquista cuando el navegante militar referido arremetió con toda su artillería el puerto de Cartagena hasta sitiarla completamente y rendirla por hambre.

Sin embargo, esto fue como se dijo sólo el principio, ardía en el espíritu de cada criollo los ideales independentistas liderados por cuadros neogranadinos como Simon Bolívar, Francisco de Paula Santander, Hermogenes Maza, Antonio Nariño, José Antonio Páez, Juan José Rendón, Inocencio Chinca, entre otros, que habrían de liderar la reorganización militar y posteriormente el ataque definitivo a las tropas de Morillo en batallas memorables como la del Pantano de Vargas u otras en los llanos de Venezuela adoptando tácticas u estrategias memorables y brillantes como la batalla de vuelvan caras para merecer finalmente la victoria anhelada que condujo finalmente a la liberación de los pueblos iberoamericanos del yugo español de ultramar, en épocas lejanas refundidas en los vericuetos de nuestra propia historia en los albores del siglo XIX.

Uno de esos apartes memorables de nuestro devenir nos refiere que el rey Fernando VII increpaba desde la península ibérica al general Morillo porque no había capaz de derrotar a su decir a esa gavilla de salvajes poca numerosa , afirmaciones estas que fueron respondidas por el egregio militar diciéndole que con un ejército como el que enfrentaba sería capaz de conquistar a Europa y ponérsela a sus pies, lo cual denotaba respeto y admiración por nuestros héroes comandados magistralmente por el Padre de la Patria, Simón Bolívar, quien en el propio campo de batalla concedía ascensos y títulos a los cuadros nacionales destacados por su fiereza en el combate.

Lejos estaba de imaginar Fernando VII autor intelectual de la barbarie en la reconquista, que sus tropas serían derrotadas en todos sus frentes y divisiones hasta no quedar vestigios de la presencia en tropas realistas diseminadas en la Nueva Granada, iniciándose de esa manera una nueva fase positiva para las indias occidentales con amaneceres de sol radiantes sobre el mundo virginal anquilosado en siglos de quietud inamovibles, en ríos de aguas límpidas, alegrados por el canto de aves silvestres quienes raudas en su ágil vuelo tornaban la estancia colorida con sus plumas refulgentes.

Es la misma historia también con su legado indeleble e impoluto que nos ilustra del referido personaje el cual tenía apariencia física obesa, adicto a comer carnes, fumador de decenas de cigarrillos diarios, con definiciones personales propias de un personaje sin escrúpulos, amante de la venganza y propenso a la traición sin límites, rodeado siempre por una camarilla de aduladores que incluso en los ratos de esparcimiento en el juego de billar que apasionaba al mentado rey, erraban a propósito la bola con el taco para dejarla en posición a fin que el monarca hiciera carambolas, de ahí que para la posteridad hiciera carrera la frase a Fernando se las ponen.

Tal vez por tantas características juntas, nada envidiable por supuesto, fue llamado el rey Felón o lo que es lo mismo bellaco, falso, indigno, engañoso, pérfido, aunado a lo anterior el susodicho personaje padecía de una enfermedad genética referida por las ciencias como macrosomía genital (órgano genital masculino extenso), lo cual le produjo inconvenientes en la copulación con sus cuatro esposas a tal punto que sólo tuvo familia con la última de ellas, por lo cual sus médicos de cabecera le aconsejaron que usara almohadilla con hueco en el medio durante el coito para reducir la posibilidad de hacerle daño a su consorte.

Como jefe de estado su actuar rayaba en la desidia, a tal punto que los asuntos importantes del gobierno los delegaba en los ministros de su gabinete que eran a fin de cuentas los que manejaban las riendas de la nación, tal vez lo único rescatable durante su reinado fue que le brindó mecenazgo de su dinastía borbónica hacia artistas de la plástica como Francisco de Goya, Vicente López o José Madrazo, mediante la fundación de la Real Academia de San Fernando otorgando premios merecidos a estos actores de la cultura que fundían su imaginación creadora en el lienzo.

¿Sería acaso que Fernando VII con su problema de macrosomía genital, creería a su entender que tendría más huevos que los neogranadinos? Pues se equivocó el rey Felón, aunque su autoría intelectual de la reconquista española segó muchas vidas prometedoras criollas, al mismo tiempo sufrieron la peor derrota militar de todos los tiempos propiciados por las tropas nacionales en batallas memorables esculpidas en letras de oro que nos dieron la independencia.



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