¿Propuestas celestiales?

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Escrito por:

Saúl Hernandez Bolivar

Saúl Hernandez Bolivar

Columna: Opinión

e-mail: saulhb@gmail.com



La iglesia Católica ha sufrido un grave desgaste de su credibilidad en los últimos tiempos. Y, tal vez, en su afán de recuperarla, los jerarcas de esa institución se sienten en la necesidad de esbozar toda clase de propuestas que consideren útiles para el bienestar de los colombianos.

De ahí que las reuniones de la Conferencia Episcopal hayan arrojado ideas del más diverso tinte, como si los obispos creyeran que sin su concurso es imposible encarrilar el país.

Una de las propuestas más sonadas ha sido la de pedirle al terrorista 'Alfonso Cano' que se dedique a la política y deje de echar tiros. Y aunque la buena fe de los obispos se presume, una invitación de este tenor deja mucho qué pensar sobre la sindéresis de algunos miembros de la Iglesia.

En primer lugar, el momento para hacer ese llamado no es el más oportuno. Si le creemos al Gobierno, 'Cano' podría estar a punto de ser capturado o dado de baja por las autoridades, por lo que el llamado de monseñor Juan Vicente Córdoba dejó la impresión de ser una tabla de salvación que le estaba siendo lanzada a un criminal que le ha hecho mucho daño a Colombia.

En segundo lugar, la Iglesia parece pasar por alto que ya no es jurídicamente posible que alguien como 'Cano' sea indultado o amnistiado y pase a hacer política de la noche a la mañana, como quien convierte el agua en vino. Esto porque el Estatuto de Roma (instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional) propende por evitar la impunidad en aquellos casos de delitos de lesa humanidad que no son castigados donde fueron cometidos.

Y lo que Monseñor propone es impunidad. Consecuentemente, es un sinsentido pensar en fórmulas de alternatividad penal que ofrezcan condenas cortas y simbólicas -con libertad inmediata- porque esas soluciones de republiqueta ya no son admitidas por la comunidad internacional.

más inaceptable aún sería cualquier arreglo que implique reformar la Constitución; si algo debería haber aprendido ya este país es que no puede ir reformando o cambiando la Constitución cada vez que alguien quiere dejar el monte.

Y, en tercer lugar, hay algo de mayor peso como es el hecho de que para el pueblo colombiano sería inadmisible ver a estos señorones haciendo política como si nada, pontificando sobre lo humano y lo divino en los medios de comunicación y en cargos del sector público, mientras las cárceles están llenas de integrantes de la Fuerza Pública que han sido condenados, en muchos casos, con pruebas no sólo endebles sino ficticias.

Esto sería como entregarles el país a quienes perdieron la guerra.

Claro que la Conferencia Episcopal tiene de todo, como en botica. Del otro lado aparece monseñor Julio César Vidal, asegurando que las bandas criminales más peligrosas (las 'Águilas Negras', ‘Los Urabeños’, 'Los Rastrojos' y 'Los Paisas' y 'LosComba') quieren someterse y entregar bienes y rutas del narcotráfico a cambio de que sus vidas sean respetadas y se les garantice que no serán extraditados. Una oferta a la que hay que prestarle atención porque sería una desmovilización muy positiva para el país.

Entonces, por un lado, tenemos a miembros de la Iglesia ofreciendo perdón y olvido para delincuentes 'altruistas' que, sin embargo, no tienen vocación de paz.

Y, por el otro, unos delincuentes que por 'comunes' no despiertan el entusiasmo de los que se autoproclaman como pacifistas.

Luego dicen que los que criticamos el salvavidas que le lanzan a 'Cano' somos unos belicosos y hasta miembros de la mano negra de la ultraderecha.

No, bienvenido 'Cano' cuando se quiera entregar, pero tendrá que ir a pagar sus penas a La Picota.



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