Las sombras detrás de la valla sobre La Contra

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


Vaya que esa valla sobre La Contra ha dado de que hablar.  Ubicada en un punto estratégico, a la vista de todos, con un gran tamaño y una leyenda, que en serio pone a pensar a más de uno y en más de una cosa: “¿Usted qué cree que están negociando?”. 

Al parecer, el objetivo de exponer la imagen de la reunión en la que participaron el Alcalde (E) de la ciudad, Andrés Rúgeles, la Gobernadora del Magdalena, Rosa Cotes y los representantes al Congreso, que en el pasado debate electoral escogieron los magdalenenses, es dejar la impresión en la opinión pública de que allí se estaba fraguando algo torcido.

Sin embargo, cabe anotar que la reunión de la discordia no se hizo a puerta cerrada, todo lo contrario, se dio a conocer a la opinión pública con sus respectivos resultados y evidencias; ésta tenía como propósito analizar la problemática del agua, los escenarios de soluciones planteadas y como los presentes podrían apoyar en la gestión de esto.

Rúgeles como funcionario público, ha entendido como no lo hicieron otros, que el mejoramiento del servicio del agua para los samarios, es una tarea titánica que no se logra individualmente, ni con la idea mezquina y recelosa de trabajar solo con copartidarios. La magnitud del problema es tal, que se requiere el concurso de toda la dirigencia local, regional y nacional, por qué de hecho, este es un propósito que no debe excluir sino sumar a los distintos sectores políticos, sociales, gremiales y en general a toda la ciudadanía. Pero claro, eso de trabajar mancomunadamente puede ser un concepto demasiado complicado de asimilar, más aún para quienes padecen el complejo del mesías salvador. 

Dejando de lado la malicia en que han querido envolver la reunión, podríamos ir más allá de lo que quieren que veamos. Analicemos las sombras detrás de la valla y lo que estás reflejan de los promotores de la misma, aunque es necesario acotar que hasta ahora ningún grupo, movimiento o persona se ha atribuido su instalación.

La intención de quienes la promovieron la valla, claramente es  descalificar la gestión del Alcalde (E) Rúgeles y de paso atacar a líderes políticos de la región. Esto en razón a que los logros de Rúgeles, no harán más que evidenciar la incapacidad de gestión y resultados de anteriores administraciones. Desafortunadamente, hay quienes prefieren sacrificar el desarrollo y bienestar de la ciudad, con tal de mantener la hegemonía del poder. 

Ahora bien, con respecto a la pregunta que plantea la valla: “¿Usted qué cree que están negociando?, es necesario aclarar antes de respondernos retóricamente, que cuando nos hablan de la “negociación” se está haciendo referencia subliminalmente al destino de los 800 mil millones de pesos de las vigencias futuras del presupuesto distrital, que se reservaron para intervenciones en el servicio de acueducto.

En ese orden de ideas y con esa cifra, como evitar pensar que los promotores de la valla han llegado a este extremo porque es mucho lo que está en juego y al parecer ellos quedaron por fuera de éste.

No debe ser fácil superar el hecho de perder el privilegio de disponer de los recursos que con tranquilidad permitirían apalancar algunas campañas políticas y asegurar de paso el pago de algunos costosos y mediáticos abogados para la defensa de un insuperable cumulo de investigaciones.

En fin, no hay que ser muy agudos mentalmente para inferir que la valla y otros cacareos, no son más que una estrategia desesperada para torpedear la ejecución de los 800 mil millones de pesos, pero no como nos quieren hacer creer, que se trata de un afán altruista de defender los intereses de los samarios, todo lo contrario, lo que defienden como gatos boca arriba, es el privilegio de disponer de esos recursos para satisfacer de manera fraudulenta intereses particulares.

Razón tenía Confucio cuando dijo: “No vemos las cosas como son. Vemos las cosas como somos nosotros”.