El régimen de Maduro, lejos de encontrar un síntoma de prosperidad

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


La cara que el gobierno de Maduro muestra al mundo, es prácticamente enrolar a Venezuela en la prologa de su fracaso, desde su posesión como presidente ha tratado de detener el aumento crónico de los precios y los salarios, pero, la creciente geométrica de una persistente inflación no le ha permitido lograr éxito en sus ejecuciones, todas sus intenciones solo han generado frustraciones repetidos.
Aún no ha podido encontrar soluciones que sean política y socialmente aceptables, en vez de ello, han proseguido otras políticas que han reforzado las tendencias inflacionista. Su terquedad de perpetuar en el poder ya ha acostumbrado a los venezolanos a la espera del desastre, a vivir en la intimidad con lo inesperado, con la escasez y la hambruna que cada día atropella más el estómago de los venezolanos.

El aislamiento en que lo han sometido el grupo de Lima y tal vez otros países para que éste ciudadano entregue su mandato, difícilmente se hará efectiva, pues Maduro a pesar de ser el presidente, desconoce la grave situación que hoy acosa a su gobierno, la falta de pericia como estadista, la carencia total como generador de empresas.

Hasta ahora, ningún sistema que ha implantado, ha podido sobrevivir a los efectos del constante castigo de la inflación persistente. La presión que realmente puede derrocar a Maduro del poder se encuentra internamente, y podría ser la indetenible inflación y la acelerada devaluación de su moneda.

Pues, sin duda la crisis de su gobierno salta a la vista, este momento su régimen tiene graves problemas que lo obligará a que su testarudez se rinda ante la persecución de la inflación y la incontrolable inflación.
El pasado año el régimen cerró en 1.698.488.2% según informe del parlamento venezolano y para el fin de este año, el régimen de Maduro no podrá soportar una inflación que llegará al 10.000.000%, según el Fondo Monetario Internacional. Este porcentaje tan potencial de inflación crónica persistente, sólo es exclusivo de este régimen madurista.

La crisis ya es notable en los pueblo y ahora más en la capital. En Venezuela abunda el agua, sin embargo, el ciudadano pregona por toparla, contiene las mayores reservas petroleras del mundo, pero Maduro raciona la gasolina, los apagones no cesan, la comunicación y el comercio desatando el caos, el tren metropolitano en Caracas cesó operaciones, varios centros de salud dejaron de maniobrar, muchas empresas enviaron a sus trabajadores a sus casas por la imposibilidad de trabajar, vuelos nacionales e internacionales han sido suspendidos, los aeropuertos no escapan de la falta de energía electica, de manera que la situación económica de Venezuela, por lo menos en el gobierno de Maduro, no alcanzará al menor síntoma de prosperidad, tampoco sus chequeras logran cubrir los desembolsos que hoy sostiene con los chinos y los rusos.

Por otra parte muchas empresas que operan en Venezuela han visto volatizarse miles de millones de euros en ingresos de sus filiales venezolanas como consecuencia de la hiperinflación y la constante depreciación de su moneda. El hundimiento de esta moneda ha dejado facturas por millones de dólares que se hacen difíciles de reparar.

No se podría negar que la caída del petróleo, también se suma a crisis que asola la economía de este país. Al ser el petróleo el producto más importante en el mix productivo venezolano y el principal producto de exportación, parece que la caída del precio haría entrar en crisis a cualquier país con una estructura económica parecida a la venezolana.

Esperemos que muy pronto el socialismo del siglo XXI se torne próspero para superar la hiperinflación y la indetenible devaluación y podamos ver a los venezolanos, por lo menos, cerca del encuentro con la armonía.