La doble contaminación que vive Santa Marta

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



El Distrito de Santa Marta vive en la actualidad doble contaminación; una en sus calles, al norte de la ciudad por el vertimiento de aguas putrefactas que brota de su precario alcantarillado, ahuyentando a cualquiera y la otra en el Parque Nacional Tayrona, por la contaminación que deja el hombre al visitarlo, con sus excesos, causando estragos. Razones: ¿Falta de previsión? ¿Justificación? ¿Conformismo?


La realidad es que se quiere traslapar una situación de gran magnitud, con proyectos cortoplacistas, que no brindan solución. La ciudad crece, tiende a crecer y cuenta en la actualidad con un acueducto y alcantarillado de pueblo. Es una doble contaminación que tiene a la Bahía de Santa Marta inconforme, sumida en una incógnita en lo que corresponde al turismo, fuente primordial y de subsistencia que se debe cultivar, mantener y que prevalezca no solo en deseos y frases; por el contrario el propósito es que aparezcan proyectos interesantes que cambien la imagen actual de la ciudad.

Las inversiones acordes al crecimiento de la ciudad que se requieren con urgencia, no se ven. Sin la inversión pertinente seguirá Santa Marta en las mismas y continuará dándosele más alargue al caso, sin que aparezca una verdadera solución.

Santa Marta no merece la forma como le llega el líquido vital a sus habitantes; primero a una alberca, luego a un tanque elevado, accionada por una motobomba, elevando costos y bajará por gravedad para el uso doméstico; proceso que requiere un mantenimiento de limpieza adecuado. El año pasado, tuve la oportunidad de dialogar con el secretario de Salud, Alexander Durán, del municipio de Cali, donde hace algunos años fui personero para los Derechos Humanos, expresó que agua acumulada en una alberca después de cinco días, se contaminará ¿y en la ciudad que se acumula constantemente, qué pasará?

Entre tanto, seguirá creciendo Santa Marta y los pobladores de los barrios marginales, con escaso servicio, no continuo, casi que en una sequía, claro, la factura de cobro sí puntual, seguirán diciendo: no nos llega agua desde hace varios días por culpa de los turistas que llegan a El Rodadero en época de vacaciones y los visitantes quejándose por el “chorrito de agua que llega a la ducha”.

Santa Marta, no se puede ver limitada al turismo ni menos sus habitantes en el servicio acorde de acueducto y alcantarillado que se debe brindar por ley por la desidia de quienes en la actualidad les corresponde tomar decisiones, llegó el momento como se dice coger el toro por los cachos y no dilatar más esta situación.

Cualquier tipo de contaminación: ambiental, auditiva, visual... arruina nuestro entorno con enfermedades que afectarán nuestra vida, alargándola o acortándola. La descontaminación del Parque Tayrona, según autoridades se realizará en un mes; ¿la contaminación de la ciudad, cuánto tiempo durará?

Debemos acabar con pensamientos atrasados o muy emocionados que no nos llevarán a ninguna parte. Hacer un alto en el camino, con los pies en la tierra y a conciencia replantear esta situación contaminante; no se debe actuar como el avestruz. Cuanto antes debe aparecer el verdadero proyecto realizable que acabe de raíz este magno problema, ya que es para decir se nos creció el enano. Llegó el momento de actuar, todos deseando que Santa Marta sea la bahía más linda de América.