Nos hacemos la pregunta: ¿Para qué sirven o han servido los Tratados de Libre Comercio al mundo, especialmente al mundo subdesarrollado? Prácticamente para nada o muy poco.
Es la pura verdad. Si no nos creen haremos un recorrido país por país, en especial por los países del mundo en desarrollo como el colombiano, y nos daremos cuenta de que estamos en lo cierto, pues encontraremos el mismo reclamo y la misma queja de sus dirigentes que con razón se sienten muy mal, y en muchos de estos países estafados por este sistema, que es muy absurdo en estos momentos en que se encuentra el mundo.
En el mundo, se gastan millones de dólares enviando comitivas tras comitivas a los demás países para hacer estos tratados, y en la mayoría de las veces se regresan con caras tristes y largas porque no se hizo bien el tal Lobby. Esto ha sucedido con Colombia y los Estados Unidos, y con algunos países europeos. Muchas veces dicen que esperemos dos años para hacer efectivo el tal tratado y todavía nos están dando caramelo. Tenemos que ver la manera de acabarlos, para no terminar más empobrecidos de lo que estamos y entonces si, nuestra pobreza sería más degradante. Estamos completamente convencidos de que este sistema tenemos que eliminarlo, para hacerlo más efectivo, eficaz, y lo que es mucho más valioso, muchísimo más económico. Se me ocurre pensar: Que con esa plata que hemos malgastado en tanto Lobby inútil. ¿Cuántos beneficios hubiéramos podido solucionar en esta emergencia invernal que estamos viviendo en todo el país y de una manera muy especial en nuestra bella costa Atlántica que todavía sufre mucho por esta tragedia?
No se justifica perder más tiempo y dinero suplicándole a los Estados Unidos, a los países europeos y a otros países lejanos del mundo, para que firmen los Tratados de Libre Comercio con Colombia, cuando debemos reforzar las relaciones comerciarles y de completa amistad, con los mercados del Mercosur-o mercados de Sur América, que son países más cercanos a Colombia donde todavía tenemos mucho que comprarles y venderles, como es el caso con Brasil, Argentina, Chile, Perú y Venezuela. Digo esto, pues en estos momentos que estamos viviendo, el mundo se nos ha quedado chiquito con las comunicaciones tan modernas, que cualquier presidente o cualquier ministro de estado de cualquier país del mundo se puede perfectamente comunicar con su homólogo del otro país, por lejos que se encuentre y darle las informaciones necesarias más detalladas sin salir de su oficina.
En los actuales momentos estos tratados están mandados a recoger, pues los productos se rigen actualmente por la oferta y la demanda. Es decir, si un país tiene necesidad de un producto, estará en la obligación de averiguar al otro país si lo tiene, y sí se lo puede suministrar. Si lo tiene, se hace el negocio sin más trabas o complicaciones, y el valor de dicho producto se regirá por la situación de los mercados.