Violencia intrafamiliar

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Existe desde hace mucho tiempo una problemática que debe ser abordada con mayor urgencia; puesto que desempeña un problema colateral dentro del imaginario popular.
Estamos hablando de la violencia intrafamiliar cuyas causas y consecuencias trataremos en este escrito y que se vislumbra dentro de un escenario de desequilibrio estructural; es un drama individual y colectivo que día tras día degrada con mayor ímpetu a la sociedad y que esta y los medios de comunicación social no enfocan veracidad en busca de una solución de raíz y de una propuesta de definición asertiva y válida.
Los protagonistas de la violencia intrafamiliar están inmersos en un imaginario alucinante, donde el maltrato y crueldad se constituyen en un experimento con amargo sabor; donde el temor y miedo reinan por doquier dentro de los afectados.
La violencia intrafamiliar es hoy tendencia modernista en pleno auge; ejemplos los hay a montón: golpea el marido a la mujer, insulta el padre al hijo y viceversa, los hermanos se muestran agresivos entre sí, el estudiante no respeta al profesor, los niños irrespetan a los mayores; en otras palabras en esta sociedad envenenada que requiere cura cuanto antes no con pañitos de agua tibia, sí con un tratado de sociología.
Un análisis racional dentro de este contexto social nos muestra un diagnóstico de decadencia.
Necesitamos mostrar una propuesta sin vaguedad, aferrados como simple ventrílocuos al discurso de los violentos, puesto que es una cartografía de la realidad.
Es hora ya de decir basta; debemos actuar con unos principios y valores que se necesitan con apremio; que se reclaman con urgencia para que solo así surja una sociedad digna y próspera; que atiende el llamado de las crudas denuncias, pero con una mentalidad ordenada y lógica y se enarbole en credibilidad.
No hay que olvidar que el niño repite lo que ve; si en la familia el tratamiento del padre a través de su vocabulario es cariñoso y armonioso, su hijo lo imitará.
La violencia intrafamiliar es una alteración sicosocial, que vive Colombia hoy es un mal ejemplo que denigra especialmente el desarrollo de nuestra infancia.
Debemos lanzar una mirada hacia la cultura y el civismo consciente con el compromiso de bienestar social; enfocar el proceso desde una estructura que priorice lo humano; también procurar por un clima de armonía social, un ambiente propicio para la realización y profundización de un mensaje de entendimiento y compresión de unos a otros.
Concretando, por eso es fundamental sentar bases apoyadas en cimientos sólidos y no olvidar que la familia es la escuela de diálogos, de dimensiones afectivas que forman tejido social, comunicación eficaz, confianza, empatía y relaciones humanas.