Don Pepe: su familia, la mejor herencia

Especiales
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


130 años de nacimiento de Pepe Vives De Andréis, el Samario de Pro  Don Pepe, ¡feliz cumpleaños!




Abuelo, el 3 de abril cumpliste 130 años de nacido, somos 45 tus nietos. En ocasiones nos sorprendíamos cuanto alguien entusiasmado preguntaba, ¿Tú eres nieto de Don Pepe Vives?
Mis nietos
Don “Pepe” rodeado de sus hijos y nietos.

Don Pepe, ¡feliz cumpleaños!

Soy uno más de los cientos de personas que escribieron en EL INFORMADOR, podría decir que este periódico, una de sus creaciones empresariales, fue génesis de muchos escritores...
Yo, El Escribano -—Raffa González Paredes—

 Simplemente respondíamos SI; para nosotros tan solo era un abuelo maravilloso que disfrutábamos de su compañía y con cariño los nietos mayores le decían   Abuelo Pastilla, y para los nietos menores era Tito. 

 Grupos familiares de mis 8 hijos


#1 José Benito y Rosita Lacouture Dangond  Abuelo Pastilla

'Abuelo Pastilla' había convertido para sus nietos el domingo en un día mágico. Ansiosos deseábamos que ese día llegara para encontramos en la misa del domingo de la parroquia San José (Seminario, como le decíamos), de Santa Marta.  Nuestra casa paterna aún está al lado del Seminario San José por lo que éramos los primeros en llegar y sin necesidad le guardábamos puesto a los abuelos. En la iglesia siempre ocupábamos el mismo lugar en las primeras bancas y reservábamos para Tito y Tita la primera fila, a su lado y bancas posteriores a los tíos, primos y amigos ‘avispados’. 

Llegaban muy pero muy puntuales; jamás un minuto tarde, jamás un minuto antes. Entonces los primos estallábamos de alegría. La espera, sin espera, había terminado.



Juan Ignacio Vives Lacouture


Era como un acto de magia: “Abuelo Pastilla”, con una lentitud teatral digna de un actor de película metía su mano en su bolsillo y sacaba un único billete de un peso (algo como 20 mil actuales) y sin mirar para atrás con disimulo, astucia y complicidad entregaba enorme cantidad de dinero a cada uno de sus nietos. Ocasionalmente algún amigo se colaba y nuestro abuelo sonreía y al no nieto también le entregaba un billete de a peso.

¿Pero por qué le decíamos “Abuelo Pastilla”? Dejemos un poco de emoción y que sea alguno de mis primos quien responda. 

Mauricio, María Teresa, Raúl, Juan Ignacio, Luis Eduardo, Álvaro, José Benito, Silvia Rosa, Patricia y Roberto. Sentados Rosita Lacouture de Vives y Pepe Vives Campo.


Orden nacimiento de los nietos
#2 José Benito
#3 Silvia Rosa
#7 Luis Eduardo
#9 Juan Ignacio
#12 Raúl
#14 María Teresa
#15 Patricia
#21 Roberto
#22 Mauricio
#25 Álvaro

Vives Lacouture-Dangond




#2  Nelson y Ana Beatriz Lacouture-Zúñiga  Abuelo Pastilla

Todo, absolutamente todo lo que hacía o enseñaba “Abuelo Pastilla” tenía una o muchas razones para hacerlo, nada dejaba al azar.

Nuestros padres continuamente nos llevaban a visitarlo y nos recibía cordialmente. Llegábamos emocionados, caminando como en cámara lenta, cautelosos como contando los pasos, expectantes y sonriendo con picardía; era parte del trato entre abuelo y nietos. Sabíamos que pronto nos tendría una agradable sorpresa, que no era sorpresa... en la visita anterior también habíamos ‘suspirado’ esa misma emoción.

Luz Marina, Enrique, María Cristina, Rosa Paulina, Nelson Eduardo, Ana Beatriz, Cecilia, Margarita, Lucía, Alicia. Sentados Nelson Vives Campo, Estela y Ana Beatriz Lacouture de Vives.

Antes nos reunía en la biblioteca maravillosamente diseñada por el arquitecto cubano Manuel A. Carrerá, lugar de encanto. Era helada y cordial, parecía otro lugar del mundo; así debería ser el polo norte. pero con libros. Tremenda biblioteca con aire acondicionado en la década del 60’.  Hoy Sala de Tertulias ‘Pepe Vives De Andréis’

 

Ana Beatriz Vives Lacouture.

 “Abuelo Pastilla” decía "este es un lugar adecuado para reflexionar, para meditar, por supuesto para aprender. Una biblioteca es la mejor agencia de turismo donde puedes conocer el mundo sin necesidad de viajar y aprender lo ocurrido en la historia de la humanidad". El aire acondicionado era el maravilloso gancho para acercarnos llegar a los libros. Sin duda era astuto nuestro “Abuelo Pastilla”.

Entonces a cada uno de los nietos le daba una pastilla de levadura que para él debería ser medicina, para nosotros un manjar. Y repetía la dosis en cada encuentro, es la razón de llamarlo "Abuelo Pastilla". El tiempo parecía no trascurrir hasta que anunciaba "acompáñenme" y tal cual la canción Pedro Navaja "y a la carrera, pero sin ruido"... lo seguíamos.

Estela, Luz Marina, Enrique, Cecilia, Beatriz de Vives, María Cristina, Ana Beatriz, Rosa Paulina, Alicia, Margarita Lucia.

 

Si la biblioteca era de encanto, esa puerta aún sin abrir era la entrada al Paraíso.

El Paraíso Terrenal de las delicias... el abuelo abría la puerta de la despensa y sus nietos abríamos de par en par la boca, expandíamos nuestras emociones; en esa despensa colmadas de alimentos y golosinas, por turnos recibía lo que cada uno escogía, -un turrón, un chocolate, un balde plástico de dulces Cote D’or; había de todo. Deditos de galletas La Rosa y aquellos que llamábamos arranca-muelas-.

En tanto mi abuela no estaba ausente: era distinta cual complemento. Hoy nos sorprendemos por qué ella que tenía tantas hijos y nietos a su cargo y varias personas a su servicio entre otros oficios, era quien zurcía la ropa y pegaba los botones de sus hijos y nietos. Sin duda el influjo de mi abuelo presente.

Orden nacimiento de los nietos
#4 Nelson Eduardo
#5 Ana Beatriz
#8 María Cristina
#10 Margarita
#11 Rosa Paulina
#13 Enrique
#16 Lucia
#17 Cecilia
#18 Luz Marina
#23 Alicia
#26 Estela

Vives Lacouture-Zúñiga

Le puede interesar:  Por siempre ‘Pepe’ Vives De Andréis: un legado que no muere


#3 Silvia Mercedes y Alfonso González Riascos Abuelo Pastilla

Mágico o algo así debía ser, para nosotros “Abuelo Pastilla”; esas pastillas de levadura tenían sabor desagradable, pero para mí eran deliciosas, acaso contagiadas del encanto de mi abuelo que convertía lo desagradable en agradable.

Mis padres vivían en la casa al lado de “Abuelo Pastilla”, por lo que pasábamos el día en casa de los abuelos.

 Todos los días, como un ritual, conduciendo mi papá, salíamos a recorrer algunos de los barrios de Santa Marta. Por supuesto barrios escogidos por mi abuelo. Por ejemplo, llegábamos hasta el barrio Bastidas y mi abuelo con impresionante ojo clínico detectaba las falencias y también las mejoras del sector. Conversaba con algunos habitantes; esto era sumamente importante pues lo mantenían al tanto de lo ocurrido.

Es célebre y por todos nosotros comentado las incomparables sentadas diarias en la puerta de la casa; observábamos un mundo que mi abuelo hacia vivir.       

Y decía: “¿Ven a ese señor de buena presencia, pero su vestir revela escasez?, aun así, viste con dignidad, sin ostentar riquezas o pobrezas. Ojalá los políticos aprendieran, que el lujo debe ser sensato”.

También contaba los vehículos, por modelos y marcas; cuantos por la avenida subían y cuantos regresaban. Al final revelaba el número exacto de autos y su destino. También contaba los carros de mula y exclamaba. “Santa Marta está creciendo; cada día observamos muchos más automotores”.

Silvia Mercedes Vives Campo de González, —La Cacha— y Alfonso González Riascos en medio de sus hijos Ana Rosa y Alfonso González Vives.


Los domingos era un día especial. El recordado Mono Montaño, en “el capitán” lo conducía hasta la parroquia de San José, iglesia adjunta a El Seminario.

Era la misa ansiada por todos los primos que nos hacíamos en las bancas contiguas. Imagino esa historia que la repiten todos los primos mayores, los nietos de “Abuelo Pastilla”.


Orden nacimiento 
de los nietos

#1 Alfonso
#6 Ana Rosa

González Vives

Alfonso González Vives.


No tengo la menor idea como podía sacar de su bolsillo un único billete de un peso; lo enrollaba y a cada uno de nosotros con complicidad, como a escondidas como si nadie se diera cuenta le entregaba este billete, que nos haba advertido que no era para ahorrar era para gastarlo en lo que cada uno quisiera, que luego de misa lo desaparecíamos en la tienda “La Miscelánea”.

También la gran enseñanza del ahorro, pero este billetico de los domingos era para gastarlo no para ahorrar... 

Una de las grandes pasiones de mi abuelo era el deporte, incluso en el patio de su casa construyó una cancha de tenis.

Y no quisiera ser inexacto pues aún no había nacido, pero entre recuerdos familiares, mi abuelo con otros prestantes caballeros samarios que omito los nombres para no dejar a ninguno por fuera decidió en Barranquilla, ser garantes de los materiales y gastos necesarios para finalizar la Villa Olímpica contigua al estadio Eduardo Santos que incluye el Polideportivo.

Eran otros tiempos otros caballeros; eran los de antes, sinónimo de honestidad y verdadero amor por Santa Marta. Ese fue mi abuelo: primero su familia, después Santa Marta y el Magdalena Grande.

Le puede interesar: EL INFORMADOR, un legado al departamento


#4   Orlando y Olga Prieto Díaz        Tito

No tengo la menor idea como podía sacar de su bolsillo un único billete de un peso; lo enrollaba y a cada uno de nosotros con complicidad, como a escondidas como si nadie se diera cuenta le entregaba este billete, que nos haba advertido que no era para ahorrar era para gastarlo en lo que cada uno quisiera, que luego de misa lo desaparecíamos en la tienda “La Miscelánea”.

También la gran enseñanza del ahorro, pero este billetico de los domingos era para gastarlo no para ahorrar... 

Una de las grandes pasiones de mi abuelo era el deporte, incluso en el patio de su casa construyó una cancha de tenis.

Orlando Vives Campo, Andrés, Orlando José, Olga Prieto de Vives, Verónica y Santiago


Y no quisiera ser inexacto pues aún no había nacido, pero entre recuerdos familiares, mi abuelo con otros prestantes caballeros samarios que omito los nombres para no dejar a ninguno por fuera decidió en Barranquilla, ser garantes de los materiales y gastos necesarios para finalizar la Villa Olímpica contigua al estadio Eduardo Santos que incluye el Polideportivo.

Eran otros tiempos otros caballeros; eran los de antes, sinónimo de honestidad y verdadero amor por Santa Marta. Ese fue mi abuelo: primero su familia, después Santa Marta y el Magdalena Grande.

Verónica Vives Prieto


Orden nacimiento
de los nietos
#24 Orlando José
#29 Santiago
#35 Andrés Felipe
#41 Verónica
Vives Prieto




# 5  Edgardo y Beatriz Gutiérrez Sánchez Tito

“Tito” mi abuelo era extraordinario. Debemos tener en cuenta que para los primos mayores era ‘Abuelo Pastilla’ para nosotros, los primos menores, era ‘Tito’, un abuelo mágico.

En esa casa paterna de 8 hermanos,  cuando contraía matrimonio alguno, se mudaban con su esposa a la casa de “Tito” en la avenida de El Libertador frente al colegio Liceo Celedón.  No tengo la menor idea como podíamos compartir tantas personas en armonía.

Sin duda los primos menores guardamos menos detalles de “Tito” que los mayores, porque cuando para nosotros "empezaba la vida para él terminaba”; cada época tiene distintas risas, también sinsabores, pero el sabía enfrentar cada momento y cada una de sus enseñanzas "A mal tiempo buena cara".

 

Más de diez años vivimos en casa de mi abuelo “Tito”, en donde sin él pretenderlo aprendimos sus enseñanzas. Una de ellas la puntualidad: quien de los primos no es puntual, no es nieto de “Tito”.

Podría decir tantas cosas, pero prefiero que otros digan, tal cual mi abuelo “Tito” solía decir: "Déjenlo que hable"; por supuesto el que calla otorga y no es esclavo de sus palabras. Es su legado...

Me sensibilizó y me quedó entre bellos recuerdos que, luego que murió mi abuela 'Tita' -Silvia Rosa-, “Tito”, le guardó luto el resto de su vida.

Mi abuelo era muy serio, se hacía respetar sin gritar y todos, absolutamente todos le tenían gran respeto, incluso mi mamá se dirigía y aún se dirige a mi abuelo con un respetuoso "Don Pepe".      

Beatriz Eugenia Vives Gutiérrez.

Podría decir tantas cosas, pero prefiero que otros digan, tal cual mi abuelo ‘Tito’ solía decir: “Déjenlo que hable” por supuesto el que calla otorga y no es esclavo de sus palabras. Es su legado.

Me sensibilizó y me quedó entre bellos recuerdos que luego que murió mi abuela ‘Tita’ -Silvia Rosa-, ‘Tito’, le guardó luto el resto de su vida.
Mi abuelo era muy serio, se hacía respetar sin gritar y todos, absolutamente todos le tenían gran respeto, incluso mi mamá se dirigía y aún se dirige a mi abuelo con un respetuoso “Don Pepe”.

Orden nacimiento de los nietos

#19 María Cecilia
#20 Beatriz Eugenia
#27 Marcela,
#32 Edgardo
#33 Luisa Fernanda
Vives Gutiérrez

Le puede interesar: 



#6  Eduardo y Elsy Lacouture Lacouture Tito

Sin lugar a dudas mi abuelo “Tito es un ejemplo a seguir”.

Para nosotros entre mil sensaciones de infancia tenemos presente que se convirtió al tiempo en abuelo y padre.

 

María Clara, Victoria Elena, Elsy Lacouture de Vives, Elsy María y Eduardo Vives Lacouture.

Son confusos los recuerdos, pero al mismo tiempo evocamos alegrías y tristezas, con un sinsabor por la ausencia inesperada de nuestro padre. Si, en un instante toda nuestra vida cambió y “Tito” con estoicismo  asumió mitigar la ausencia de nuestro papá.

 

Elsy María en brazos de su abuelo Tito.

Estuvimos viviendo con él hasta el día de su fallecimiento. Hoy podría decir: abuelo “Tito” mil y mil gracias y feliz cumpleaños 

Victoria Elena Vives Lacouture.


Orden nacimiento 
de los nietos

#30 Eduardo
#34 María Clara
#38 Victoria Elena
#40 Elsy María

Vives Lacouture-Lacouture


# 7 Jaime y Fanny Pinedo Alzamora tito  

De niña muchas veces me preguntaba ¿por qué   mi abuelo está triste, por qué nos mira con dolor?  Hoy entre tristezas y alegrías, luego de una revelación en un sueño de encanto durante el cual mi papá me decía “No estés más triste; partí de esta vida muy joven”.  entonces entendí el dolor de la mirada de Tito”.

 

Mi abuelo era amor y sensibilidad.

 

Silvia Isabel Vives Pinedo.

Mi papa tenía tan solo 33 años de edad y eso “Tito” no lo pudo superar jamás. No nos miraba con tristeza; su mirada era de impotencia. Aquel hombre vencedor de mil batallas, no superó la pérdida de sus hijos y tampoco que seis meses después partió “Tita”.

Silvia Isabel Vives Pinedo.

 

Mi abuelo era amor y sensibilidad.

Orden nacimiento de los nietos

#28 Silvia Isabel
#31 Jaime Gregorio
# 36 Juan José
# 37 José Luis

Vives Pinedo

Le puede interesar:José Benito Vives El samario de Pro


8# Alfonso y Beatriz Caballero Aduen Mónica Zawady

Jamás mi abuelo “Tito” regañó a ninguno de sus hijos mucho menos a sus nietos; para él todos eran importantes al punto que esperaban para desayunar al que estuviera atrasado.

Todos los días nos sentábamos en la puerta de la casa a contar los carros; “es progreso”, solía decir.

Adriana Vidal, Alberto Mario, Alfonso Enrique, Angélica Cortes, Alfonso Vives Cortes, Jaime Eduardo, Beatriz Caballero, Alfonso Vives Campo. Sentados Alberto Mário , María Angélica, María Beatriz y Juan Pablo Vives Vidal.

“Tito” prefería que luego que sus hijos se casaran, se vinieran a vivir con él y repetía un maravilloso dicho: “Aprovéchenme vivan conmigo, ahorren, y cuando estén listos se van”. Y ocurrió al final de sus días.  Vivíamos mi papá Alfonso con su familia y mi tía Elsy con sus hijos; ya mi tío Eduardo había partido a La Eternidad.  De la misma manera cuando mi abuelo “Tito” estuvo listo se fue de este mundo.

 

Verónica, Luisa Fernanda,Victoria, abuelo Tito, Alfonso Enrique, Miguel Eduardo, Elsy María, María Clara,y Jaime Vives.


Todos los días nos sentábamos en la puerta de la casa a contar los carros, “es progreso”, solía decir.

Alfonso Enrique Vives Caballero.

 

 Lentamente con el paso del tiempo la casa se quedó sin alegría; sin tíos, sin primos, sin abuelos, como sin vida. Hoy está renacida, convertida en la casa del periódico El Informador. 

Don Pepe en medio de sus nietos Jaime Eduardo y  Alfonso Enrique que carga a
Don Pepe en medio de sus nietos Jaime Eduardo y Alfonso Enrique que carga a "Rocky"su perrito bogotano.

 

Jaime Eduardo en brazos de su abuelo
Jaime Eduardo en brazos de su abuelo "Tito".

 

 

Alfonso Vives Campo, David Alfonso Vives Zawady, Mónica Zawady
Alfonso Vives Campo, David Alfonso Vives Zawady, Mónica Zawady



Orden nacimiento de los nietos

# 39 Alfonso Enrique
# 42 Jaime Eduardo
# 43 Alberto Mário
# 44 María Beatriz
Vives Caballero
# 45 David Alfonso

Vives Zawady

Tito Abril, lluvias mil
3 de abril nació 1925
25 abril casó 1925
18 abril enviudó 1974
30 de abril murió 1984

Le puede interesar:  En la vida y obra de José Benito Vives De Andréis



Más Noticias de esta sección

Publicidad