Este acontecimiento tuvo lugar el día 7 de agosto de 1819 en el cruce del río Teatinos, en inmediaciones de Tunja.
La batalla finaliza con la rendición en masa de la división realista, y fue la culminación de 78 días de campaña iniciada desde Venezuela por Simón Bolívar para independizar la Nueva Granada; bajo el mando de Simón Bolívar, la Campaña Libertadora consiguió una victoria contundente en la Batalla del Puente de Boyacá, evento que determinó la independencia colombiana.
La Batalla de Boyacá fue un golpe decisivo para el poder español en la Nueva Granada. A pesar de que los realistas se harían fuertes en otras provincias del Virreinato como Santa Marta y Pasto, en donde resistirían varios años; la capital del Virreinato cayó en manos de los patriotas neogranadinos y con ello se abrió el camino para la unión de la Nueva Granada con Venezuela en la República de Colombia.
El sábado 7 de agosto en la mañana, el ejército realista desde Motavita inició su desplazamiento hacia Santa fe. Su objetivo era llegar a la capital para unir sus fuerzas con las del virrey Sámano y organizar un frente militar contra Bolívar y el ejército independentista. Escogieron la vía por el puente de Boyacá en el Camino Real, con dirección a la capital del virreinato. Advertido de este movimiento, Bolívar ordenó la marcha de su ejército, también hacia el puente de Boyacá, dispuesto a tomarlo para impedir a Barreiro su desplazamiento hacia la capital neogranadina.
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Las dos fuerzas se encontraron en el campo de Boyacá. El ejército independentista estaba conformado por 2.850 combatientes al mando del general Simón Bolívar. La vanguardia granadina estaba comandada por el general de brigada Francisco de Paula Santander y la retaguardia, por el general de brigada José Antonio Anzoátegui. El general Carlos Soublette era el jefe del estado mayor.
Las tropas patriotas estaban compuestas en su mayoría por neogranadinos y los venezolanos. Sus integrantes eran criollos, mestizos, mulatos, zambos, negros e indígenas, generalmente personas pobres, escasas de alimentos y mal vestidos, considerados por las autoridades realista como insurgentes. El ejército tuvo mucho apoyo popular de los granadinos, y en especial de los campesinos de Tunja.
Por su parte, el ejército realista estaba conformado íntegramente por tropas nativas americanas, unos 2.670 soldados, de los cuales 2300 eran de infantería, 350 de caballería y 20 de artillería. Este pertenecía a la tercera división del Ejército Expedicionario creado en Nueva Granada. Su comandante era el brigadier José María Barreiro; el jefe del estado mayor, el coronel Sebastián Díaz, y la vanguardia estaba al mando del coronel Francisco Jiménez.
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