No le cabe una infracción más

Tal y como lo muestra la gráfica no le cabe una infracción más, se violan los derechos de la ciudadanía. Inicialmente decidió extender su negocio sobre el andén de uso de la gente, obligándola a bajarse y transitar por la vía del tráfico vehicular, pero no contento con esto, entechó, embaldosó, armó una terraza y la encerró como si fuera parte de su propiedad privada.

Y como para redondear su faena, también instaló sobre la calle un par de rampas de acceso para que su clientela motorizada no tuviera inconvenientes para parquear, además de poner un letrero de ‘tijera’ sobre el andén, otro obstáculo para el paso de la gente, a lo que se le suma que una vendedora de chance ubicó un cubículo en el mismo paso peatonal para realiza su oficio.

Y como muestra de la inoperancia y falta de intervención de la Unidad de Recuperación del Espacio Público, UDEP, que se debería de encargar de meter en ‘cintura’ a este y otros infractores, y hacerlo respetar los derechos de la ciudadanía que los viola para beneficiar su labor de comerciante a costa del espacio público de los samarios.

Lo irónico de esto es que, a escaso metros del lugar funcionan varias dependencias de la Alcaldía Distrital como la Gerencia de Infraestructura, el Sistema Estratégico de Transporte Público y la Secretaría de Gobierno. Nos cuesta creer que los funcionarios responsables de dichas dependencias se hacen los de la ‘vista gorda’. Foto EL INFORMADOR

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