Obispo de Santa Marta confía que el 2022 será un buen año para los feligreses

Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, Obispo electo de Santa Marta, durante su visita a la comunidad Eudista de Salvador Bahía en Brasil.

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Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, asegura que se continua la celebración de la Navidad hasta el próximo domingo cuando concluye el Bautismo del Señor.

El Obispo auguró un buen año para la comunidad samaria para el 2022 y dijo que cada espacio de la Diócesis, de Santa Marta y de los municipios del norte del departamento del Magdalena, vivan una Navidad feliz, santa, comprometida, renovadora y llena de bondad.

“Con alegría me dirijo al pueblo samario con ocasión de la Navidad. Estamos ya en los primeros días del nuevo año civil y en la liturgia católica aún celebramos el tiempo de Navidad y Epifanía. En esta gran fiesta, contemplamos la realización del amor de Dios en el don del Hijo, nacido para nuestra salvación. Por este motivo, extendemos esta celebración gozosa hasta el próximo domingo 9 de enero, solemnidad del Bautismo del Señor”, manifestó el Obispo.

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Por otra parte, agregó que: “La Navidad suscita en todos alegría y esperanza porque descubrimos la cercanía de Dios y su extrema solidaridad con nosotros en la persona de Jesucristo. Nadie está excluido de la buena noticia –Evangelio- de la presencia cercana y amorosa de Dios en Jesucristo. El reconocimiento de esta gran realidad nos permite sentir que nunca estamos solos, porque el Señor nos acompaña, camina con nosotros, conoce nuestras necesidades y participa de nuestras alegrías. ¡Dios es presencia, Dios es el que está a nuestro lado y en nosotros!”.

Así mismo, el Obispo nos invita que nos dejemos incendiar por el amor de Dios presente en el Niño de Belén: “¿Cómo vivir este gozo inmenso que nos llena de esperanza? ¿Cómo tener acceso a esta noticia? ¿Hay que cumplir requisitos heroicos? ¡No! Él no exige de nosotros grandes sacrificios que nos hagan merecedores de su cercanía a nosotros. Él es puro don, entrega absoluta, amor que se da. De nosotros se espera sólo una actitud: abrir la vida y el corazón decididamente a la Persona de Jesucristo, a su Palabra que ilumina la existencia de cada uno, a su gracia que nos permite vivirlo todo en comunión con Él para recibir fuerza en la debilidad, ánimo en nuestras adversidades y presencia en nuestra soledad. La Navidad es una alegría que compromete, no un entusiasmo pasajero.

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La Navidad no se reconoce por luces artificiales e intermitentes que engalanan calles y casas de nuestras ciudades, sino en la apertura del corazón a Jesucristo, “luz del mundo” (cf. Jn 9), que nos envuelve en su claridad divina y hacer arder nuestra existencia para transformarnos en resplandor de su amor y de su presencia de bondad y salvación para con todos. ¡Dejémonos incendiar por el amor de Dios presente en el Niño de Belén para que inundemos todas nuestras realidades, personales y familiares, sociales y políticas, con la luz del evangelio que cambia vidas y humaniza relaciones!”.

Se trata, en últimas, en creer que Dios no está lejos de nosotros y que, al contrario, Él viene a nuestro encuentro, permanentemente, en las pequeñas cosas de la vida.

“Él quiere estar con nosotros en las vivencias de cada día, quiere manifestarse a los demás a través de los gestos sencillos que hacemos en la casa, en la familia, en la escuela, en los ambientes de trabajo. Él quiere prolongar la alegría navideña en nuestro compromiso de seguimiento a Él para que, formado en nosotros, viva su vida en nosotros, y nos haga presencia suya ante nuestros hermanos y hermanas. Sólo hay Navidad en el mundo si hay creyentes en Jesucristo que le permiten encarnarse en ellos y prolongar en ellos sus actitudes de servicio y bondad en el mundo”.

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Por último, agregó: “que cada espacio de la Diócesis, es decir, de la ciudad de Santa Marta y de los municipios del norte del departamento del Magdalena, vivan una Navidad feliz, santa, comprometida, renovadora y llena de bondad. Este es el mi deseo para todos al inicio de este 2022 que nos trae, en la Diócesis, una buena noticia: el comienzo de mi servicio episcopal por voluntad del papa Francisco. Acojo esta designación con alegría, humildad y compromiso. Quiero ser, entre ustedes, como el que sirve a todos, en nombre de Jesucristo, servidor de la humanidad. Espero que me acompañen con su oración desde hoy y por siempre, y en modo especial, el próximo 25 de enero, fiesta de la conversión de san Pablo en la liturgia de la Iglesia, día de mi ordenación y posesión en la Iglesia Catedral de santa Marta”.

Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, dijo que sea no una ceremonia exterior y ritual, sino un momento de gracia vivido junto a todos el Pueblo de Dios. “Para que este nuevo servicio que se me confía sea vivido con total entrega y disponibilidad de servicio a la comunidad samaria y magdalenense. Que mis primeros pasos en esta misión sean caracterizados por la cercanía amistosa, por la fraternidad espontánea y por la escucha atenta. ¡Dios está con nosotros!”, puntualizó.




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