Obispo José Mario Bacci, llegará a Santa Marta con evangelización y fe

P. José Mario Bacci Trespalacios, durante la visita del papa Francisco a la ciudad de Bogotá, septiembre de 2017.

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El representante de la Iglesia, se desempeñó por cinco años como rector del Seminario Nacional en Honduras y luego fue nombrado Provincial para Colombia hasta llegar a esta ciudad.

Sin fecha para su llegada a la ciudad, el nuevo Obispo de Santa Marta, Padre José Mario Bacci Trespalacios, se mostró complacido de haber sido nombrado en el cargo por el papa Francisco en reemplazo de Monseñor Luis Adriano Piedrahíta, quien falleció el pasado 12 de enero de 2021 a causa de los efectos de la Covid-19.

El nuevo representante de la iglesia en la capital del Departamento de Magdalena, dijo en entrevista concedida al periódico EL INFORNADOR, que su único plan es la evangelización y la fe, además explicó el significado de la palabra Eudista.

¿Padre José Mario Bacci, cuál es el significado de la palabra Eudista?

“Existe una congregación fundada por San Juan Eudes, se llama la congregación Jesús y María, también llamada de los padres Eudistas; el nombre viene del nombre del fundador San Juan Eudes; él funda la Congregación en el siglo XVII, 25 de marzo de 1643, dedicado fundamentalmente a la colaboración en las Diócesis, en la formación del clero, en la formación de los sacerdotes. Es decir, en la organización y dirección de seminarios, en la docencia dentro de los seminarios, en el acompañamiento de la formación de los futuros sacerdotes. Y además, tuvo también él, varias intuiciones misioneras; él organizó misiones importantes en regiones de Francia, que le llevaba de dos a tres meses; su propósito tanto en las misiones como en la formación sacerdotal, era renovar la fe del pueblo de Dios, pero él inicialmente fue un gran misionero que descubrió con el tiempo que esas misiones que él emprendía, no tenían efectos perdurables de frente a las comunidades que eran misionadas; no estaba el sacerdote suficientemente capacitado para acompañar los frutos de la misión; él percibía que tanto esfuerzo se perdía y pasaba a ser un entusiasmo pasajero”.



¿Para cuándo está prevista la fecha de su llegada a Santa Marta?

“Yo conversé ya con el Padre Isidro Castro que es el actual administrador diocesano de la Diócesis, él es quien mantiene el gobierno y la autoridad en la Diócesis, hasta la llegada del Obispo, cuando yo reciba la designación como Obispo electo. Mi posibilidad de acción dentro de la Diócesis, prácticamente es nula hasta tanto no sea ordenado y posicionado Obispo de Santa Marta. Aún no tengo la fecha exacta, porque debo conversar con tres Obispos que serán los consagrantes de la ordenación sacerdotal. A finales de enero yo debo coordinar con los Padres de la Diócesis de Santa Marta, a través del Administrador Diocesano, dos cosas: fecha de ordenación, y posesión; que en realidad no son diferentes y todo va a suceder el mismo día, la ordenación episcopal y la posesión como Obispo de Santa Marta”.

En el 2025, se va a celebrar los 500 años de evangelización y la fundación de Santa Marta, ¿qué piensa usted de ese acontecimiento?

“Este es un evento extraordinario, precisamente estratifica lo que yo creo como una convicción muy clara. Llego a una Diócesis de una historia de evangelización y fe muy importante para Colombia, e inclusive para Suramérica, y eso también me obliga a situarme con humildad, con sencillez a acompañar ese camino de fe y evangelización de tantos años y al mismo tiempo exponer toda mi capacidad y servicio misionero al servicio de la Iglesia para renovar la fe del pueblo samario, para mirar hacia adelante, de manera que la Iglesia tenga una presencia cada vez más significativa en la vida de la sociedad samaria; que sea también ocasión de volver esa mirada al Señor, a la palabra, al Evangelio y vivir un proceso de nueva evangelización que nos anima a todos con mucha esperanza; es una ocasión histórica, no sólo para mirar hacia atrás y con orgullo reconocer todos los beneficios que la vida de la Iglesia ha dado a las sociedad samaria, sino también toma de conciencia de nuestras fallas y dificultades para establecer un proyecto evangelizador a largo plazo que renueve la vida de fe de hombres y mujeres que peregrinan en la Diócesis de Santa Marta”.


¿Cree usted que en estos tiempos se ve la escasez de vocación?

“Yo pienso que hay una generalizada crisis en todos los ambientes entorno a experiencias de formación que incluyan un compromiso perdurable a largo plazo y obviamente eso también afecta la vida de la Iglesia; es decir, en esta época estamos muy dados a compromisos que pueden cambiar por circunstancias adversas, sin el deseo de luchar o salir adelante, las dificultades, los matrimonios, por ejemplo, con el tiempo se deshacen a los dos o tres años, porque sencillamente no hay como la firmeza de carácter y el propósito de compromiso a largo plazo, que existía tal vez en otras épocas; a nivel nuestro de vocación sacerdotal, por ejemplo, también en Colombia hay muchos lugares que ha habido disminuciones importantes, inclusive en Iglesias tradicionales que por décadas han ofrecido vocaciones en Colombia”.

¿Qué piensa sobre el Sínodo de la sinodalidad?

“El Señor quiere que todos en la Iglesia nos sentemos juntos en un camino de comunión, de participación todo el pueblo de Dios; asumir la visión bautismal propia de ser discípulos misioneros de Jesucristo y el Papa quiere, que a través del esfuerzo y la escucha amplía en todos los ámbitos de la Iglesia, podamos responder mejor a la misión que se nos confía para entrar en contacto con las personas, para conocer los anhelos, las búsquedas, los deseos de los hombres y mujeres de nuestros tiempos. El papa Francisco siempre ha sido muy consecuente en el esfuerzo de transformación misionera de la Iglesia”.

¿Qué retos y aspiraciones quiere trabajar para con los laicos de la Diócesis?

“Yo en este momento no tengo ningún plan de acción previo que quiera llevar a Santa Marta, digamos no tengo un plan de escritorio elaborado desde la teoría de la evangelización; yo quisiera caminar los primeros meses con el pueblo de Dios en Santa Marta, y escuchar y sentir las necesidades del pueblo, estar muy cerca de la gente que en estos momentos ser Obispo como el Papa lo ha dicho en varios momentos: no es ser príncipe, es ser un pastor con olor a oveja; y eso implica salir al encuentro de todos; y en ese servicio de escucha, ir descubriendo los afectos importantes de la propuesta misionera. Yo entiendo que el pueblo de Dios en Santa Marta está a la expectativa de la llegada del Obispo, pero no debe estarlo en el sentido de que él nos trae una fórmula mágica de evangelización, si no que él viene con una riqueza de experiencia de iglesia diversa, porque viene de otros países y ha vivido la experiencia y viene a unirse a nosotros para caminar y poco a poco diseñar una propuesta evangelizadora”.

¿Desea usted enviar un mensaje a los samarios y magdalenenses?

“Yo quiero dejarles un mensaje de esperanza ya que estamos viviendo situaciones muy difíciles y me imagino que también Santa Marta sufre las consecuencias, no sólo de la pandemia sino de otras dificultades estructurales en lo social, lo político, y también son características de muchas otras regiones del país; yo quiero ser en medio de esas situaciones una presencia de esperanza en el nombre de Dios, que podamos juntos volver a escuchar su palabra para dejarnos guiar por ella y hacer ciudadanos responsables, creyentes, comprometidos, para que Santa Marta sea un refugio de esperanza y una ventana abierta para el futuro de todos”.




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