En Pescaíto, la danza y la música se rehúsan a desaparecer

Con esta iniciativa, se busca incentivar procesos de formación, creación, producción, circulación y acceso ciudadano de este arte con miras a afianzar las Industrias Culturales y Creativas -ICC en el país.

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En Santa Marta, arrancaron los Laboratorios de Investigación Creación de la Danza del Ministerio de Cultura, que buscan promover el intercambio de experiencias y saberes relacionados con esta expresión, integrando agentes de las artes, la cultura y el emprendimiento creativo en todo el territorio nacional.
Pescaíto es uno de los barrios más tradicionales y conocidos de Santa Marta y el país. El fútbol y las expresiones artísticas lo han puesto en el mapa. Bajo altas temperaturas, el barrio ha sido históricamente epicentro de música y danza, y particularmente de los sonidos de la tambora, que han retumbado durante décadas en sus calles. Según cuentan sus habitantes más veteranos, fue en Pescaíto donde nació la fiesta más importante del Caribe colombiano: el Carnaval de Barranquilla. Esta celebración recorrió varios municipios del Magdalena hasta establecerse en la Puerta de Oro de Colombia, tal como hoy lo conocemos.

Por suerte, la tambora nunca se fue. Se conservan además personajes como Joseph Mendoza, quien todos los miércoles y sábados, como si se tratara de un ritual, asiste a la Escuela Cantar de Tamboras de la Fundación Pescaíto Dorado, para retozar con la percusión.

Cuando llega a su clase, Joseph, de apenas 10 años, se olvida de todo y se vuelve uno solo con la tambora. Y no es para menos, los sonidos de aquel instrumento han resonado en su vida desde siempre, incluso antes de nacer. Su padre y abuelo son los responsables de su vocación.
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Cantar de Tamboras, donde Joseph se divierte con niños y niñas de su edad, es un espacio que ya cumple 10 años de trabajo formativo continúo con la comunidad de Pescaíto, bajo la batuta del gestor cultural Alaín Manjarrez. Este año, la escuela se unió a los Laboratorios de Investigación Creación de la Danza del Ministerio de Cultura, que surgieron con el propósito de activar las Áreas de Desarrollo Naranja -ADN, atendiendo los emprendimientos, la vocación, la tradición y los rasgos culturales de las diferentes regiones y territorios colombianos. Busca, además, promover los procesos creativos que tienen lugar, por ejemplo, en Pescaíto, apoyando e incentivando la creación de grupos, semilleros o centros de investigación.

Los Laboratorios de la Danza del Ministerio de Cultura se adelantarán, en una primera etapa, en el ADN de Barrio Abajo, Barranquilla; La Ceja, Antioquia; La Licorera, Cali; CreaSur, Ibagué y en Sumapaz. Beneficiando a 120 gestores culturales y artistas de manera directa gracias a una inversión de 400 millones de pesos.

"Nosotros, en nombre de los niños de la ciudad de Santa Marta, en especial del barrio Pescaíto, le damos gracias enormes al Ministerio de Cultura y a la Fundación Tras La Perla, que vienen desarrollando una gran labor cultural con nuestra comunidad", expresó Manjarrez, quien además es presidente de la Fundación Pescaíto Dorado.

Y esos agradecimientos son justificados. Los laboratorios se plantean como catalizadores para propiciar alianzas y una interacción dinámica entre instituciones culturales, académicas, artísticas y administrativas de distintas regiones del país. En definitiva, promueve tanto el ejercicio creativo como el emprendimiento con miras a afianzar las Industrias Culturales y Creativas -ICC en el país.

Pero Joseph no es el único artista de su edad. También lo son más de 30 niños que tres días a la semana se desplazan, sagradamente, hasta el coliseo del barrio para tomar las clases que imparten los instructores de danza de Fundapescaíto y su escuela de formación permanente en danzas folclóricas y tradicionales Caribe Baila, una institución conformada por líderes comunitarios como Edilberto Fernández, que quiere jugársela toda por preservar las tradiciones culturales de su región.

Durante 8 años, la escuela de formación de Fundapescaíto, este año apoyada por los Laboratorios de Danza del Ministerio de Cultura, se ha dedicado, entre otros temas, al rescate del Carnaval de Barranquilla, con la idea de mostrarles a los samarios cómo es la dinámica de esa fiesta tan importante para el folclor colombiano y para que lo disfruten en su máxima expresión.

Los niños y las niñas de Pescaíto, muy alegres y dispuestos pese a las temperaturas de más de 30 grados centígrados, se forman en filas en la cancha y reciben las indicaciones de sus instructores, quienes corrigen sus pasos a ritmo de bullerengue, mapalé, garabato, entre otros ritmos tradicionales del Caribe. El coliseo es contiguo a la Casa de la Danza, que busca convertirse, con el respaldo de los Laboratorios, en uno de los espacios culturales insignia de Santa Marta. El trabajo no para.




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