Desarrollo académico: El poder de la lectoescritura y la investigación

Al empoderar a los estudiantes con habilidades de lectura, escritura y pensamiento crítico, se les prepara para enfrentar los desafíos de un mundo en constante cambio.

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En el contexto educativo actual, la lectoescritura y la investigación se presentan como dos pilares fundamentales en la apuesta por el desarrollo integral de los bachilleres, estimulando su formación en el campo del pensamiento crítico y participativo.


En un mundo donde la sobrecarga de información es constante, la lectoescritura y los semilleros de investigación surgen como las herramientas pedagógicas idóneas para motivar el desarrollo académico y social de los jóvenes.

Estas dos áreas buscan fomentar habilidades concernientes al pensamiento crítico, permitiendo los estudiantes explorar y comprender el mundo desde una perspectiva mucho más amplia.

Buscando profundizar más en el tema, EL INFORMADOR conversó con Néstor Zambrano Flórez, comunicador social y docente en lengua castellana, quien destacó algunos aspectos fundamentales para entender la importancia de la lectoescritura y la investigación en la formación académica de los estudiantes.

Néstor Zambrano Flórez, comunicador social y docente en lengua castellana, asegura que La prelectura es fundamental, ya que permite al docente contextualizar al autor del libro, explicando su biografía, el entorno social de la época y las implicaciones políticas e históricas relacionada.


“Estos espacios del quehacer pedagógico fomentan la curiosidad y el pensamiento crítico del estudiante”, indicó el profesional.

La lectoescritura como proceso integrado

La lectoescritura es un proceso integrado en el que la lectura y la escritura no se enseñan de manera aislada, sino que se imparten de forma conjunta y complementaria, procurando estructurar en los jóvenes la capacidad de expresar ideas desde el análisis y a comunicarse asertivamente.

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“La lectura y la escritura son procesos integrados, es decir, se trabajan de manera conjunta y complementaria”, asegura Néstor Zambrano.

En ese sentido, la lectoescritura va más allá de la simple habilidad de decodificar palabras; se trata de una herramienta crucial que permite a los estudiantes acceder a conocimientos, interpretarlos y a crear contenidos en diferentes formatos.

Al final, tanto la lectoescritura como los semilleros de investigación son herramientas que siembran el conocimiento y promueven la curiosidad, esenciales para formar ciudadanos informados y responsables.


Según Zambrano, los alumnos responden positivamente a su estudio cuando se les presentan textos que estén asociados con su realidad o contexto social, facilitando el proceso de aprendizaje.

"Siempre un estudiante te va a responder a una orientación pedagógica cuando le presentas un libro, un cuento o una historia que él identifique por su contexto social", indicó el docente. 

Igualmente, considera importante la implementación de ejercicios prácticos, como las lecturas en voz alta y los talleres de escritura creativa, para retar al estudiante a redactar una historia con intención comunicativa, usando elementos narrativos sugeridos por el docente.

“Esa clase de retos, de juegos, de didácticas, de exploración de nuevos saberes, son importantes en el proceso de enseñanza”, subrayó.

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A juicio del comunicador social, la prelectura también juega un rol preponderante en el desarrollo de esta dinámica, sugiriendo que antes de empezar cualquier lectura se le debe brindar al estudiante información sobre al autor, contexto histórico en que se escribió la obra y los elementos que le dan vida.

Con esta fase se prepara al joven para que se adentre en una lectura más profunda y crítica, aumentando su capacidad de interpretación y comprensión.

La investigación como motor del pensamiento crítico

Los semilleros de investigación son espacios alternativos que fomentan la curiosidad y el pensamiento crítico en los estudiantes, proporcionándoles la oportunidad de adquirir un interés genuino por aprender y descubrir, lo que termina por cultivar su espíritu científico a temprana edad. 

Entorno a la investigación, Zambrano considera que estos grupos otorgan varios elementos útiles a los jóvenes para que puedan resolver dudas e inquietudes sobre su realidad, a través de la ciencia y el conocimiento comprobable.

“Los semilleros de investigación fomentan la curiosidad y el pensamiento crítico del estudiante, es decir, le brindan una herramienta al joven que tiene ciertas dudas, inquietudes o preguntas sobre el mundo”, señaló el docente.

Durante este camino, la investigación se convierte en una búsqueda constante de la verdad, ayudando a formar individuos críticos, capaces de cuestionar y proponer soluciones basadas en evidencia.

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“La investigación siempre será una forma de poder comprender el mundo a través de lo tangible y de lo demostrable”, aseguró.

Asimismo, advirtió que este tipo de exploración académica no debe ser vista como una actividad exclusiva de las etapas universitarias, invitando a que se propicie su participación desde la educación básica, animando a optar siempre por el descubrimiento de lo demostrable siempre.

Tanto la lectoescritura como los semilleros de investigación son esenciales para el desarrollo integral de los estudiantes. Juntos, fomentan la comprensión, la expresión crítica y la exploración, preparando a los alumnos para enfrentar desafíos académicos y sociales. Promover estas prácticas desde temprano es una inversión en un futuro donde cada estudiante se convierte en un agente activo de su aprendizaje y su entorno.




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