Mantener la salud mental es muy importante, sobre todo cuando se enfrentan nuevos retos, como el ingreso a la universidad y el cambio en el sistema educativo, a cómo se venía manejando en el bachillerato. La gestión del tiempo será fundamental en esta etapa.
La ansiedad y la depresión son enemigos invisibles y silenciosos que pueden ir afectando la salud mental de los jóvenes, por lo que es importante conocer de qué se tratan estos trastornos para aprender a identificarlos y evitarlos.
La doctora en Psicología Clínica, Andrea Liliana Ortiz González, Decana de la Escuela de Comunicación Social - Periodismo y Psicología de la universidad Sergio Arboleda, habla sobre el tema.
“Esto es un tema muy importante y más en medio de la pandemia y la adaptación a una nueva dinámica de vida y tiene que ver en como estamos con nuestra salud mental y unos de los problemas más relevantes en este caso como lo anuncias la ansiedad y la depresión”
¿Qué son la ansiedad y la depresión?
Por su parte, la depresión está relacionada con aquellos pensamientos recurrentes que se mantienen en el tiempo relacionados con el pasado, con eventos que nos generaron algún tipo de dolor, de tensión, de miedo, de fracaso. Lo que genera consecuencias en la vida diaria con emociones de tristeza permanente, expresiones como llanto recurrente, desinterés por nosotros mismos, por nuestras actividades diarias y por nuestro arreglo personal.
Recomendaciones
De acuerdo con la psicóloga Andrea Ortiz, el primer paso es identificar el trastorno para acudir a una ayuda psicológica. Para ello hay que tener en cuenta si se presentan síntomas como:
Preocupaciones durante todo el día, no poder concentrarse en el presente, cuando se está muy irritable y ante cualquier noticia generamos una respuesta fuerte; dificultades físicas como cansancio excesivo, dificultades para dormir, dolor de estómago permanente, dolor de cabeza permanente y la fatiga.
“Cuando hay unos indicadores como estos es importante un pare, es decir para y escucha, escucha tus emociones, y si es posible que todavía lo puedas administrar, conversa con alguien, cuéntale a tu padre, a tu madre o a tus amigos más cercanos, como te estás sintiendo...”, recomienda la Decana de Comunicación y Psicología.
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La siguiente opción es si el(la) joven no sabe qué hacer con estas sensaciones o emociones, acudir a orientación psicológica, para que un profesional pueda acompañar y brindar una ruta de entrenamiento emocional.
Para evitar estos trastornos es muy importante incluir estilos de vidas protectores o hábitos saludables protectores, es decir meditación, actividad física, alimentación sana, escritura emotiva y otros.
No todo se puede resolver de inmediato
Uno de los puntos más importantes es aprender a organizarnos para evitar preocupaciones innecesarias. Es importante identificar que es importante «hoy». “A veces la ansiedad fisiológica se dispara cuando queremos resolver todo en un día: tengo que estar en la universidad, tengo que tener todo listo, tengo que tener la matrícula, si no entro entonces no me voy a casar y si no me caso... entonces generamos una red de preocupaciones innecesarias, todo a su debido tiempo”.
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Por ejemplo, si quieres entrar en la universidad debes identificar primero que te gusta, buscas información, planea como sería tu ingreso, que materiales o libros vas a utilizar a la mano, organiza un espacio en tu casa para el estudio, organiza quien será tu apoyo en el momento de que te toque quedarte cerca de la universidad. Estas son actividades que se planean a mediano y largo plazo, sin que todo se tenga que resolver todo en el momento.
Organizar el tiempo
La recomendación para organizar el tiempo es segmentar las horas y planear las actividades del día que para algunos tiene duración de ocho, doce o dieciséis horas activas. Tener las actividades en orden y planear diariamente, es útil para optimizar el tiempo.
“Por ejemplo, qué haces de 6:00 a 6:30 o de 5:00 a 5:30, es el momento en que me despierto; hago una oración, medito, respiro; luego hago algo de actividad física, luego desayuno, luego limpio y agendo, luego organizo mis tareas… es cómo organizo mi agenda del día”.
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Tips para planear una rutina saludable
1. Levantarse temprano con actitud de agradecimiento.
2. Incluir 20 minutos de actividad física para activar los músculos y la circulación.
3. Establecer horarios de alimentación y no saltarse comidas. Tener cuidado con el ‘hambre emocional’, esas ganas de seguir comiendo sin necesidad, regularlas con ejercicios de respiración y tomando agua.
4. Respirar conscientemente durante 10 o 15 segundos antes de realizar cualquier actividad.
5. Conectarse con la naturaleza al menos una vez al día, tocando una planta o caminando descalzo un momento en la tierra.
Por último, la Decana Andrea Ortiz invita a los jóvenes a que no les dé temor acudir a los psicólogos, “somos entrenadores de emociones, y podemos acompañar a veces esas situaciones que sentimos que no sabemos como orientar y manejar”. A este servicio pueden acceder a través de teleconsulta.
1 de cada 3 estudiantes de undécimo grado tienen momentos de ansiedad relacionados con su futuro, según cifras del Instituto Nacional de Salud.
